Kazuomi Takagi, periodista de La Plata Hochi, y uno de los grandes personajes de la colectividad japonesa en la Argentina, falleció el 10 de noviembre de 2014, a los 89 años.
Nacido el 27 de marzo de 1925, en la perfectura de Mie, integró las filas del ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial. Llegó a la Argentina en 1951, país del que adoptó su ciudadanía. Acá se casó con Joelle, francesa relacionada con el arte cultural japonés a través del Sumi-e. Tras el fallecimiento de ella, y si bien ambos no tuvieron hijos, adoptó una niña, Felicia, con quien vivió hasta su deceso. Dueño de una capacidad analítica y de abstracción que usaba con precisión en su columna editorial escritas en japonés en el periódico La Plata Hochi, quienes disentían con su punto de vista aprendieron a respetar su capacidad intelectual, su formación y su virtuosismo por lo polémico. “Puedo equivocarme, pero puedo reparar”, comentaba, por lo bajo, en sus artículos de opinión. Durante más de 40 años construyó puentes entre Argentina y Japón. Fue, además, conductor de las transmisiones de RAE (Radiodifusión Argentina al Exterior), y protagonizó una gran cantidad de publicidades para televisión; participó en películas argentinas y extranjeras. Su última actuación fue en Samurai (2013), y antes participó de Plata Dulce, El lado oscuro del corazón, Brigada Explosiva y Exterminator II, entre otras. Takagi san solía relatar historias donde entremezclaba hechos de personalidades famosas con su vida. Por ejemplo, se relacionaba con Aníbal Troilo. La historia comenzaba cuando Takagi san vivía en la tintorería de la familia Uchima, en la calle Montes de Oca, la cual era visitada por “Pichuco”. Éste, al enterarse del cumpleaños de Takagi san, sacó su bandoneón y le regaló un tema de su repertorio. Condecorado por el gobierno japonés, amaba la libertad y el progreso. Quienes lo conocimos, le deseamos un descanso en paz, sabiendo que sus restos cruzarán los ríos, mares y océanos.
O. N.
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