En esta tercera entrega de "Espantapájaros, pobladores de una aldea", se presenta a la ciudad de Ikeda, en la prefectura de Nagano, lugar en el que los muñecos, a la vez que protegen los cultivos, les rinden tributo.
En la ciudad de Ikeda, prefectura de Nagano, se le rinde homenaje a la abundancia de las cosechas desde el verano hasta el otoño, a través de los espantapájaros y de los Teru Teru. Este caso se diferencia de las aldeas de Okuharima y Amakusa debido a que los mismos rinden tributo, especialmente, a las bienaventuradas cosechas.
Existen varias festividades destacadas en la ciudad y son celebradas, principalmente, en el mes de agosto: el Festival de la Rosa de Algodón -Rosa China-, celebrado en la aldea de Horinouchi, y el evento para venerar a los Teru Teru Bouzu. En el Festival Rosa de Algodón, se aprovecha para organizar un concurso de fotografía, como el que propone el Café Kaze. Además, cada año los festivales son celebrados a partir de un tema, por ejemplo, en el 2012, escenificaron los muñequitos en torno a las olimpíadas. También pueden escenificarlos en torno a cuentos (monogatari). Además de las temáticas de cada año, se pueden apreciar espantapájaros artistas, destacándose a una orquesta musical, “Showa Romance”, donde los muñequitos están tocando el órgano, la batería, la guitarra, etcétera. Existen unos cuarenta espantapájaros elaborados artesanalmente por los ciudadanos. En las celebraciones a través de los espantapájaros, se eleva el precio de estos, en términos divinos, ya que son los que protegen y velan por el cuidado y crecimiento de las cosechas, y se enaltece al campo de arroz como objeto de adoración a los dioses. Precisamente, a fines de octubre, hay una celebración especial con respecto a este sentimiento de divinidad que se llama “Kakashi Age”, cuyo tema este año es: el Festival de la Cultura del Campo. Parece ser que el creador de la canción de Teru Teru nació en la ciudad de Ikeda, así que no por casualidad este lugar se tiñe de estos pintorescos muñequitos. Este año, la celebración a través de los Teru Teru fue la octava exhibición de arte. Suele comenzar a fines de agosto, y su duración es de tres días. Esta zona se destaca por la exhibición más grande de todo Japón, y se acerca gente de todo el país para apreciar los 1044 Teru Teru que fueron elaborados por la población nacional y alumnos de la Universidad Matsumoto de Nagano (699). De la Estación Moriguchi, en Osaka, por la celebración de Tanabata, se recibieron 200; de los visitantes de los parques públicos de los Alpes del norte de la ciudad de Ikeda, 140, y desde una escuela secundaria, 35. Así, los muñequitos son exhibidos en el medio del verdor del campo, mediante cuerdas largas que visten de un colorido escenario al tranquilo y pintoresco pueblito. También en el lugar hay un parque donde se venden artesanías, y hay atracciones tales como las burbujas de jabón, lluvia de agua, juego de trineo para deslizarse por el césped, Bowling sobre la colina, etcétera. También se pueden exhibir dibujos coloreados por los niños, arte en papel de diario, y fotos. Además, hay venta de productos agrícolas y hielo molido saborizado, entre otros. Los festivales no son los únicos medios para promover la cultura del campo, sino que también se aprovecha la oportunidad de vender verduras frescas, artesanías y siembra de plantas. Estas actividades son promovidas por la asociación de vecinos llamada Cooperativa de los Espantapájaros de Horinouchi. Otras actividades que promueve la ciudad de Ikeda son los Alpes del norte, donde se realizan caminatas. Los paseos en bicicleta también suelen ser famosos. Así, los espantapájaros protegen los cultivos, y el sol les ayuda a dar vida, sin la lluvia la misma no podría continuar, pero si hay una desequilibrio, los teru teru velarán porque el sol salga otra vez. Todo este ciclo de la naturaleza es apreciado por los visitantes y los pobladores de Horinouchi. “Teru Teru Bozu, Teru Teru Bozu, haz que mañana haga un día soleado, como el cielo una ve en mi sueño. Sí está soleado te daré un cascabel dorado”.
|