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Jueves, 09 de Octubre de 2014
A 50 años de los Juegos Olímpicos de Tokio 1964
Escrito por Juan Carlos Yamamoto*   

Este año se cumple el 50 aniversario de los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, que ha representado un verdadero hito para la historia del Japón, en general, y para el judo japonés, en particular. Se trató de los Juegos de la XVIII Olimpiada celebrados en Tokio, entre el 10 y el 24 de octubre de 1964.
La realización de los Juegos Olímpicos en Japón tuvo un importante significado simbólico del retorno de Japón al centro de atención mundial tras el notable proceso de recuperación desde el desastre de la Segunda Guerra Mundial y su reinserción en el grupo de los países más desarrollados.

El año 1964 fue de grandes cambios para el Japón que, a partir de dicho año, pasó a ser miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Entre los hechos más importantes se pueden citar, por ejemplo, la inauguración del primer tramo del Tren Bala o la Línea Tokaido Shinkansen, que unía las tres grandes ciudades, Tokio, Nagoya y Osaka, junto con las distintas obras de infraestructura de transporte inauguradas para los juegos.
Para los judocas, estos juegos tienen aún algunos otros significados. Con estos juegos, Tokio recuperó la sede  obtenida para los juegos del año 1940 por las gestiones de Jigoro Kano, como representante del Comité Olímpico de Japón en la Asamblea del Comité Olímpico Internacional del año 1936 realizado en Berlín, y que tuviera que renunciar con motivo del inicio de la Segunda Guerra Mundial. (Cabe recordar también que Jigoro Kano falleció en alta mar en 1938 cuando regresaba de la Asamblea del COI celebrada en Egipto.)
A su vez, estos Juegos Olímpicos  marcaron el comienzo del Judo como disciplina olímpica (el judo femenino fue disciplina olímpica recién en 1992). Aquí es donde se dio comienzo a la competencia por divisiones de peso (fueron 4: liviano (hasta 69 kg), mediano (hasta 80 kg), pesado (más de 80 kg) y libre de peso), que luego fue seguido por el Mundial de 1965. Si bien Japón obtuvo tres de las cuatro medallas de oro que estaban en juego, la derrota de Akio Kaminaga (1936-1993, por entonces tres veces campeón nacional libre de peso) ante el gigante holandés Antonius Geesink en la final de la categoría libre de peso representó para Japón una gran frustración.
Si bien la derrota en su propia casa y en categoría más preciada (libre de peso), el triunfo de Geesink representó una importante luz de esperanza para los judocas occidentales y que habría contribuido a que el Judo quede definitivamente instalado como disciplina olímpica desde los juegos de Munich 1972. Si Japón hubiese acaparado todas las medallas de oro, el Judo podría haber quedado relegado como un deporte regional o menor, reservado para los japoneses. Por otro lado, la derrota japonesa “sirvió” como estímulo hacia los judocas japoneses para recuperar la hegemonía perdida y también resultó una buena oportunidad para replantear algunos aspectos del entrenamiento que se venía realizando en Japón.
Los ganadores de la medalla de oro en Judo, además de Geesink en la categoría libre de peso, fueron, Takehide Nakatani (1941 -) en livianos, Isao Okano (1944 -) en medianos, e Isao Inokuma (1938 – 2001) en pesados.
A partir de los Juegos Olímpicos de Tokio, la máxima aspiración de los competidores japoneses pasó a ser la obtención de la “triple corona” o el “Grand Slam”, o sea, ser Campeón Olímpico, Campeón Mundial y Campeón Nacional Libre de Pesos.
La Triple Corona fue lograda solamente por siete judocas masculinos y 2 femeninos. El primero en lograrlo fue Isao Inokuma (1938 -2001), quien obtuvo en Campeonato Nacional Libre de Pesos en 1959 y 1963, la Medalla de Oro Olímpica en 1964 y el Campeonato Mundial en 1965.
El siguiente en lograrlo fue Isao Okano (1944 -), quien obtuvo en Campeonato Nacional Libre de Pesos en 1967 y 1969 (el más liviano de toda la historia, con 80 kg), la Medalla de Oro Olímpica en 1964 y el Campeonato Mundial en 1965.
Entre quienes alcanzaron la Triple Corona se encentran, entre otros, el gran campeón Yasuhiro Yamashita y los más recientes Kosei Inoue y Keiji Suzuki,
Se podría afirmar, sin dudas, que los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 dieron lugar a la segunda etapa de la internacionalización del Judo iniciada por Jigoro Kano en los comienzos del Siglo XX.
En el año 2020 se celebrarán nuevamente los Juegos Olímpicos en Tokio y el pueblo japonés espera que estos juegos se conviertan en otro hito importante para la historia de Japón.
Para los judocas japoneses, se espera la confirmación de la recuperación de su nivel deportivo tras la gran frustración que representaron los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde los judocas japoneses obtuvieron solamente una medalla de oro (categoría femenina, hasta 57 kg) entre las 14 en juego entre todas las categorías.
Personalmente, que vengo trabajando humildemente en la difusión del Judo en una institución de la colectividad, sigo sin perder la esperanza de poder contar, algún día, con un medallista olímpico nikkei argentino.

 

* Prof. de Judo