Viernes, 28 de Marzo de 2014
La contribución de la comunidad japonesa en la Argentina a la ciudadanía de nuestro país (II parte)
Escrito por María Florencia Zaia   

Valorar, difundir y apoyar la cultura del esfuerzo y del trabajo, donar tiempo y habilidad, trabajar en equipo más allá de quién es la autoridad y quién el asociado, todas acciones presentes en la organización de un evento, en este caso, de Burzaco.

Se dice que la Kermés, en Occidente, penetra en América Latina de la mano de la Iglesia Católica, mientras que el “Festival del Obon” del Japón llega a nuestras tierras de la mano de la comunidad japonesa. Este festival, que suele celebrarse en verano, en Japón, si bien tiene una raíz religiosa, contiene muchos elementos integradores de un todo (el concepto de Kermés se puede comparar con el de Matsuri, pero ambos poseen características similares. La atmósfera que construye el Matsuri puede compararse a esta fiesta popular, sin embargo, el Matsuri tiene sus propias características).

De acuerdo a la definición descripta en el folletín publicitario entregado en uno de los Matsuri, el Bon Odori se define así: “El Matsuri es un festival tradicional japonés en honor a la deidad tutelar de cada región, provincia o pueblo. Hay distintos tipos de Matsuri y cada uno tiene sus músicas y danzas propias de cada región y se desarrollan a los largo de todo el año. El Bon Odori es uno de los Matsuri que se realizan durante el verano. El Bon es el día de los difuntos, por lo tanto el Bon Odori es la danza del Bon, la danza que acompaña y consuela las almas de los difuntos. Hay dos tipos de Bon Odori: uno recorre las calles de la ciudad mientras se va danzando, y el otro es el que se danza alrededor del Yagura (torre) en donde se toca el Taiko (tambor). De cualquiera de las dos formas, la danza sirve para guiar hacia fuera a las almas de los desconocidos que no deben permanecer en la ciudad” (del “XII Festival Artístico y Bon Odori”, folletín informativo entregado por la Asociación Japonesa Sarmiento, sábado 25 de enero de 2014).
De acuerdo a mi percepción de quién escribe, y más allá del significado profundo que tiene el Matsuri en cada una de las regiones del Japón, y en los lugares donde se celebra este festival, en este caso, mayoritariamente dentro de la provincia de Buenos Aires, las costumbres y la cultura conservadas por la comunidad japonesa es la que distingue y contribuye a la generación de valores.
Dentro de la comunidad japonesa hay ciertos elementos que son innatos a la cultura del Japón que se siguen conservando, y podrían contribuir a la reconstrucción de valores. La misma está relacionada con las virtudes que posee la comunidad. Estas virtudes y/o buenas conductas son: honestidad, respeto, generosidad, dedicación, sinceridad, alegría, gratitud, integridad, justicia, perseverancia, prudencia, sencillez, paciencia, etcétera.
Estas virtudes y/o valores pueden ser transmitidas a todo proceso que contiene el Matsuri. Conductas similares a las que se desarrollan durante la preparación de los Bazaa, se perciben en los Matsuri.
El día del festival se percibe el resultado de todo este proceso construido en base a buenas conductas. Algunos ejemplos son: los stands que integran el Matsuri son familias japonesas que venden artesanías, en algunos se ven a toda la familia trabajando. Las damas que enseñan y guían los bailes son las mismas que cocinan los fines de semana para la escuela japonesa, etcétera.
El señor Nakama también nos explicó que el Matsuri hizo que la participación de la gente sea más activa, en tal sentido agregó: “Ahora se abrió otra posibilidad además del descripto para la Kermés, con la gente local, no descendientes de japoneses.
“En los  Bon Odori que organizan las asociaciones de La Plata, Sarmiento, Florencio Varela, Centro Okinawense (COA), AJA , FANA y Escobar y otros, además de las instituciones del interior del país, y Burzaco,  por su tercer año, se aprecia esta presencia masiva.
“¿Y qué es el Matsuri? ¿Qué es lo que importa del Matsuri? Además de todo lo que se presenta en la Kermés, que la gente participe más activamente, y ¿cómo lo hace? Bailando. La gente que no es de la colectividad tiene la posibilidad de participar bailando. Y es una cosa que la sociedad nikkei (descendientes de japoneses) abrió a la sociedad argentina, porque, de esa manera, comenzando con movimientos lentos y copiados al principio, sin aparente sentido, el día de mañana se va incorporando a su ser. La gente por Internet puede seguir los pasos de los bailes, puede ver donde se hacen los Matsuri. Y les gusta participar, bailando. Yo creo que esa es la integración que nosotros estamos logrando por ahora desde el punto de vista más físico, podríamos decir, pero durante el Matsuri tenemos una mesa de informes donde las gente nos pregunta por origami, nos pregunta por cualquier tipo de taller que tenga origen japonés.
“Y en los Matsuri la gente ve como están organizadas las cosas. Seguro que tenemos falencias, sabemos que la organización no es perfecta, porque los que trabajan no son profesionales de estos eventos, pero le ponen mucha voluntad y entusiasmo. A medida que pasan los eventos, se gana en experiencia y hasta se ofrecen para colaborar”.

 

Contribuciones a la sociedad argentina
¿Cómo este tipo de Matsuri podría ayudar a la sociedad argentina? El señor Nakama reflexiona así: “Un problema importante que tenemos en la sociedad argentina es la inseguridad, llámese el robo y el hurto. En Japón, si bien también existe, como en todo el mundo, los casos son muy contados. Allí están educados para que nadie se apropie de lo ajeno. Esto si nos gustaría trasmitir”.
Honestidad, y confianza, conductas permanentes y presentes dentro de la colectividad, y dentro también de la sociedad del Japón. El señor Nakama resume: “La gente no toma lo que no le corresponde, eso son los valores que vienen de allá”.
Otro de los valores identificados por él fue el de la solidaridad, y de diversas maneras: “En un principio, se ayudaban mutuamente para conseguir trabajo o poner en marcha un emprendimiento con alguna ayuda física y económica, también. Hoy, cuando es afectado su empresa, floricultores, quinteros, tintoreros, se los trata de ayudar. Son muy solidarios con los familiares de fallecidos haciéndose presente en el velatorio para dar su pésame a los familiares”.
Otro valor es la laboriosidad. Con referencia a esto, el entrevistado subraya: “El japonés es un innato trabajador y se los observó cuando llegaron los inmigrantes a esta tierra, trabajando en lo que fuera con tal de mantener a su familia. No estaban en condiciones de elegir un oficio. Solo lo hacían de acuerdo a las oportunidades que se le presentaban.
Hoy día, los jóvenes están mejor preparados, mejor instruidos,  muchos son profesionales, pero como toda su generación, también dentro de la colectividad japonesa, priorizan su  trabajo según sus gustos y vocación. Pareciera que tienen menos apegos y constancia en sus trabajos, cambiando de trabajo en forma continua. Sin embargo, esto les permite  ser más creativos, aportar nuevas  ideas, o el poder de realizar nuevos emprendimientos y / o descubrimientos, falencias presentes  en la sociedad japonesa más conservadora.
“Con la participación en los Matsuri a través del baile participativo, la sociedad local masivamente se ha hecho presente en la estructura física de la colectividad, conociendo de adentro sus movimientos y actividades.
“Sin embargo, sería loable, y algunas instituciones ya lo están haciendo, que comiencen o mejoren su actividad cultural y brinden cursos a la comunidad local, llámese, origami, ikebana, kumitate, artes marciales, taikos, porque no el gate ball, como ya se está haciendo con el idioma, el canto y baile japonés, donde la transferencia de valores estéticos y espirituales se sienten con mayor intensidad y detalle.
“Esta apertura masiva, si bien se está realizando con éxito mediante los Matsuri, es un reto o desafío muy importante a tener en cuenta, para lo cual, la colectividad toda debería aunar esfuerzos para estar a tono con las futuras inquietudes de la sociedad local.
“El cumplimiento de esta misión sería el verdadero impacto para con la sociedad en la que estamos inmerso.
“El hecho de estar en contacto con dos idiosincrasias literalmente opuestas, nos permite comparar sus bondades y defectos y elaborar y aplicar los valores positivos de cada una de las sociedades”.

Conclusión
El Matsuri es lo visible y está abierto a la comunidad, sin embargo estos valores están presentes en otras actividades que realiza la Asociación Japonesa  Burzaco.
Como se fue describiendo y analizando dentro de este artículo, estoy convencida que la comunidad japonesa en la Argentina, a través de sus organizaciones, podría contribuir al resurgimiento de valores.
Refiriéndome a los elementos que componen el Matsuri en sí, existen muchos significados que se podrían destacar, y que son percibidos el día del evento:
1. La integración de los jóvenes mediante la música y la danza: aprender a tocar el Taiko (tambor japonés), danza japonesa, o canto, principales actividades que ofrece el Matsuri es una forma que tiene la comunidad japonesa de transmitir su cultura e invitar a la sociedad argentina a que participe de ella. El día del Matsuri se puede ver la contribución, por ejemplo, los chicos de Buenos Aires Taiko, grupo integrado por argentinos y descendientes de la comunidad japonesa de la tercera generación, regalan su música; también lo hacen la Comisión de Damas de la Asociación Japonesa de Burzaco, mediante las demostraciones de baile, guiando a los integrantes del baile participativo, y cantando en vivo. Es una forma de integrar a la comunidad local y a la gente que participa del Matsuri. Regalar un momento de esparcimiento también es una forma de contener a las nuevas generaciones dentro de formas divertidas y sanas de entretenimiento.
2. La integración de los socios de la Asociación Japonesa de Burzaco, se puede percibir en las actividades que se desarrollan en vivo; ese día se puede ver el esfuerzo desde las personas que cobran la entrada en la puerta, quienes se preocupan por hacer sentir bien al invitado y brindarle un pequeño souvenir. Los asociados que se encuentran en el sector de las comidas japonesas, ya sea en las parrillas con el yakitori hasta los que están preparando el udon. Los que se encuentran agasajando y haciendo sentir bien a los invitados especiales.
3. La integración de la sociedad argentina a través del baile participativo, y a través de su interés por conocer sobre la cultura del Japón.
En definitiva, una contribución que ayuda a mostrar los valores y principios que posee la sociedad del Japón, a través de la Colectividad japonesa,  y que podría enseñarnos a recuperar los valores que trajo la inmigración a Nuestra Querida República Argentina.