Viernes, 21 de Marzo de 2014
La contribución de la comunidad japonesa en la Argentina a la ciudadanía de nuestro país (I parte)
Escrito por María Florencia Zaia   

Valorar, difundir y apoyar la cultura del esfuerzo y del trabajo, donar tiempo y habilidad, trabajar en equipo más allá de quién es la autoridad y quién el asociado, todas acciones presentes en la organización de un evento, en este caso, de Burzaco.

Los recuerdos de la niñez pueden hacer rememorar momentos frescos, alegres e inocentes. Uno de estos momentos con estas características estaba representado por la típica kermés que se realizaba en la sociedad de fomento del barrio o en el colegio.

La kermés, en la superficie, tenía como objetivo recaudar fondos y entretener a sus participantes. Para entretener ofrecía diversas actividades, tales como juegos (tiro al blanco, derribar las latas, rifas, etcétera). También contaba con un espacio para degustar comidas y bebidas, y, a su vez, se podían apreciar espectáculos musicales, representaciones teatrales, etcétera. El objetivo visible e inmediato de la misma era reunirse entre vecinos, familiares y amigos para pasar un momento de distensión. El significado intangible, y más profundo, era la Kermés, vista como un medio que ayudaba a contener y construía, de manera directa o indirecta, valores. ¿Qué son los valores y qué tipo de valores contenía y construía este momento festivo y de celebración? Los valores (como principios, es decir, reglas de convivencia establecidas, y legitimadas en el tiempo que determinan el comportamiento de una sociedad. A su vez, esta palabra está relacionada en este artículo con el concepto desarrollado por Aristóteles sobre la virtud, y la repetición voluntaria de hábitos que contengan e impliquen buenas conductas. Así, las buenas conductas y virtudes se retroalimentan mutuamente hasta llegar a establecerse como principios. Los mismos pueden ser de naturaleza virtuosa, es decir, donde primen las buenas conductas) son principios que, dados o construidos, van forjando el comportamiento y las acciones de los ciudadanos de una sociedad. Estos valores se perciben en las acciones realizadas antes, durante, y después de la concreción del evento. Entonces, estos valores están presente de una manera doble: por un lado, antes, durante y luego del evento; por el otro, van impactando gradualmente sobre su entorno, a medida que se va celebrando a lo largo de un periodo de tiempo prolongado.
Los valores percibidos antes del evento se reflejan en las acciones y actividades en torno a la organización del mismo. Los miembros a cargo de la organización se reúnen para organizarlo, esto implica llamar al trabajo voluntario de las personas, se ofrecen y se reparten las tareas, y estas reuniones organizativas se prolongarán haciendo que el periodo de preparación genere una interacción frecuente entre los miembros. Los mismos estarán ocupados, y brindarán y dedicarán tiempo y esfuerzo para que se concrete el evento. Este proceso es constructivo y en equipo, y ayuda a crear lazos comunitarios. La frecuencia de las reuniones contribuye al fortalecimiento de los mismos. Todo este proceso ayuda a la construcción de valores.
En primer lugar, el trabajo voluntario apunta a los que puedan y quieran contribuir. El mismo ayuda a generar valores o conductas virtuosas, tales como un espíritu solidario, dar sin esperar dinero a cambio, en definitiva, es una ayuda desinteresada para una causa noble. La nobleza no está relacionada con el fin, por ejemplo, en caso de que este fuere recaudar fondos, sino con el modo y medio para alcanzar dicho objetivo. El ofrecer y repartir tareas está asociado con el qué y cómo ayudar. Debatir entre todos lo que cada uno puede hacer significa que los miembros pueden aportar algo. En el proceso de ofrecer y repartir se percibe una contribución a integrar opiniones individuales en grupales y, así, fomentar al diálogo conjunto, esto genera compañerismo, escuchar al otro, respetar lo que un miembro ofrece, el trabajo en equipo, etcétera. Así, en el proceso se comienzan a crear lazos comunitarios que ayuda a promover y afirmar alguno de los valores presentes.
Los valores asociados durante el evento están vinculados con la atmósfera familiar y la diversión sana, este tipo de festival suele atraer familias y amigos, y en caso de que la kermés sea organizada por los padres cuyos hijos asisten a un colegio, también se le pueden sumar los alumnos. El clima familiar genera un momento para compartir un entretenimiento sano. La recreación, diversión, distensión, y alegría son alguno de los derechos que el ser humano necesita alimentar. Quizás no sea aventurado decir que este tipo de sensaciones contribuyen a una contención “sana” (una diversión inocente, transparente, relacionada con épocas pasadas, tradiciones populares no asociadas con elementos o vicios de la modernidad). 
Luego de finalizada la kermés, se pueden generar dos tipos de impactos inmediatos. El primero, afecta de manera directa y con mayor fuerza sobre el grupo organizador; el segundo, sobre la gente que asistió simplemente por haber brindado un momento de distensión sano a la comunidad. El grupo organizador podrá repetir esta kermés, haciendo que dicho evento se legitime a lo largo de un periodo.
Tuve la oportunidad de entrevistar al señor Vicente Nakama, miembro de la comisión directiva y de la subcomisión de Prensa y Difusión de la Asociación Japonesa Burzaco en la Argentina, quien me contó un poco sobre cómo estos valores están presentes en las actividades que ellos realizan. 
El señor Nakama nos contó cómo se fue desarrollando el concepto de Kermés. El Bazaa comenzó a realizarse en Burzaco hace ya más de 30 años. El objetivo, en aquel entonces, era juntarse con la gente, tener una contención dentro de la comunidad, y mantener la idiosincrasia, es decir, enseñarles a los chicos cómo se manejaba la comunidad en el Japón. El Bazaa comenzó a ser organizado por el colegio japonés (日本語学校), y tenía también un objetivo económico, que era solventar los gastos de la enseñanza del idioma.
Los miembros que organizaban el Bazaa, por aquel entonces -y que hoy en día siguen sosteniendo a la asociación, es decir, sus asociados- fueron cultivando las actividades sobre los valores traídos por los inmigrantes japoneses. En torno de  esta estructura, el señor Nakama agregó: “Te hablo ya de la época del 50, 60, entonces, todos los que venimos después fuimos absorbiendo esa cultura. La cultura de la solidaridad, el trabajo, el respeto, de las reuniones en conjunto donde había que discutir hacia dónde vamos, cómo hacerlo, y definir su objetivo. Todo esto necesita de la discusión y de la participación”.
El Bazaa tiene ciertas características relacionadas con los valores y la cultura japonesa. Estas características son transmitidas, y apoyadas por sus asociados. Una de ellas es la tradición, y el mantenimiento de las costumbres dentro de una organización. Siendo el Bazaa el resultado de un tipo de organización. Al respecto, el señor Nakama explicó que una de las cosas que observa en éstas celebraciones de los Matsuri y Bon Odori es que los eventos van creciendo cuantitativamente y ya los organizadores no tienen la capacidad humana suficiente como para mantener ese emprendimiento, entonces debería contratar para atender a los visitantes y los puestos de trabajo,
Se podría transformar en algo inmanejable, por lo tanto, la idea es contratar solo lo necesario y permitir que los socios y simpatizantes nikkei participen y sigan, atención mediante, difundiendo la cultura japonesa.
“Nosotros en la Kermés que hacemos anualmente (dos por año) tenemos no menos de 150, 200 personas trabajando. Si contratamos personal, se puede hacer lo mismo con muchos menos, incluso que sea más profesional, pero no tendríamos la participación que estamos buscando. La participación hace que la gente crezca, que la gente se reúna, que la gente dialogue, que tenga amistad. Y eso que no es tan fácil de lograr, se hace con una organización, una comisión organizadora, una comisión directiva que los guíe y la colaboración de la gente. Por eso, nosotros, como es el caso de Burzaco, apuntamos bastante a la organización institucional, no queremos que esto lo hagan pocas personas, aunque rinda económicamente, sino una institución. Porque es lo que se va a mantener, a pesar de que cambien las autoridades. Teniendo el objetivo claro, todos yendo en una misma dirección y sentido, todos tirando del mismo carro, no importa quién lo lleve a cabo, sino que importan los objetivos de la institución. Y eso se les va enseñando a los más jóvenes, que nos gustaría que continúen en ese camino. Puede haber cambios, obviamente, la modernización hace que se aggiorne, la difusión no se hace como se hacía antes, hoy se hace por Internet, Facebook, muchas veces no son los carriles normales al que estamos acostumbrados nosotros, pero bueno, esa es la forma de difusión que se hace hoy. Son los jóvenes los que se van actualizando en cómo encarar las tareas. Esto, sobretodo como ya te digo, con un objetivo claro, con solidaridad, honestidad, contención, e integración. Cuando hablamos de integración, la kermés, y en este caso el Bazaa, hizo que los asistentes participen de una forma pasiva, le mostramos nosotros el espectáculo de canto, de baile, le ofrecíamos una cantidad y variedad de comida japonesa, artículos japoneses, además del sandwiches para alimentar a las 4000 o 5000 personas que vienen al Bazaa, pero reitero, de una manera  más pasivas. La gente iba y venía, disfrutaba de las comidas y del espectáculo, pero lo importante era el reencuentro de la gente que se juntaba una o dos veces al año. Entonces, todo el mundo sabía que en ese lugar tenía la posibilidad de encontrarse con amigos, parientes y, muchas veces, con alguien que ni siquiera estaba en su mente, y disfrutar de la jornada”.
Hay ciertos aspectos de la cultura japonesa en la forma organizacional de la asociación, en este caso particular, de Burzaco. Hay varios aspectos para resaltar brindados durante la charla que tuve con el señor Nakama. Uno fue el tema del subcontrato. El no subcontratar significa tener a alrededor de 200 asociados trabajando permanentemente en todos los eventos: Bazaa y Matsuri. Esto implica una participación activa, un compromiso, un deber al trabajo voluntario, y un apoyo a la cultura y comunidad japonesa, y a la ciudadanía en general. Así, el asociado se involucra con las actividades, participa, se apropia del evento.
En la práctica, esto se puede percibir antes y durante el evento, ya sea que se trate del Bazaa y/o el Matsuri. Por ejemplo, durante la entrevista tuve la posibilidad de ayudar a hacer los abanicos para uno de los bailes del Matsuri que se realizó el 2 de marzo del 2014.  Las mujeres miembros de la subcomisión de Damas, a cargo del canto y la danza, estuvieron realizando artesanalmente durante un mes y medio 3000 abanicos que fueron entregados en la entrada el día del Matsuri. O, como el ejemplo, son varias las que no sólo bailan y cantan para la asociación, sino que también ayudan a preparar los ingredientes para el Udon que se vendía el día del evento, por citar a algunas, de los muchos colaboradores que hay. Estos ejemplos contienen muchos significados presentes en la cultura del Japón: valorar, difundir y apoyar la cultura del esfuerzo y del trabajo, donar tiempo y habilidad, trabajar en equipo más allá de quién es la autoridad y quién el asociado, todos son parte de un todo, más allá de sus miembros.
Esto último está relacionado con otro aspecto que mencionó el señor Vicente Nakama, el de organización institucional, es decir, difundir esta lógica de trabajo, organización y sus valores a las generaciones jóvenes más allá de comisión  directiva. En la organización institucional, otro aspecto asociado a la cultura japonesa es el trabajo de todas las generaciones: hay jóvenes, gente de mediana edad, y gente más adulta, todos participando y trabajando con mucho respeto.
En torno a esto último, se puede ver la integración de los mayores en la actividad de Gateball (ゲート ボール), juego parecido al cricket. La atmósfera peculiar fue ver a las personas mayores jugando pacíficamente, y disfrutando del día soleado, mientras se armaban las estructuras de los stands, el fin de semana previo al Matsuri.