Crepúsculo del amanecer Japón se mantuvo aislado del mundo exterior desde los primeros años del siglo XVII, y durante doscientos años y medio. Mientras tanto, los japoneses no podían salir de su país, ni los extranjeros ingresar a las islas. Los nipones desconocían el gran acontecimiento del siglo XVIII: la primera revolución industrial. Sin embargo, durante ese periodo, que se denomina la “Era de Edo”, había logrado la paz interior y la estabilidad, e impulsó el desarrollo cultural del Japón.
En la primera mitad del siglo XIX, los estadounidenses, debido a su expansión económica, tenían interés en abrir los puertos del Japón para el reabastecimiento de sus barcos balleneros que operaban en el Norte del Pacífico. En 1852, el comodoro Mattew Calbraith Perry, comandante de la Marina de Estados Unidos en el Océano Indico, fue encomendado por el presidente Millard Fillmore para la negociación con el Japón para la apertura de sus puertos, confiriéndole el título de embajador extraordinario. Es así que en noviembre del mismo año, Perry zarpó del puerto de Norfolk (Estados Unidos) hacía el Oriente, y, atravesando el Océano Atlántico y el Indico, su flota llegó al entonces “Reino de Ryukyu” (actual prefectura de Okinawa, Japón), en mayo de 1853. Recaló en el puerto de Naha, realizó exploraciones de las islas aledañas y adquirió tierras para el almacenamiento de carbones. Perry pensaba ocupar la isla de Ryukyu si fracasaba la negociación con el Japón. Su flota estaba compuesta por cuatro buques de guerra. En junio de 1853 llegó a Uraga, situada a la embocadura de la Bahía de Edo (Tokio), y se entrevistó con funcionarios dependientes del Shogunato. Les entregó en sus manos la propuesta de la firma de un “Tratado de Amistad y Libre Comercio”, advirtiéndoles de que volvería al año siguiente. Efectivamente, en febrero de 1854, y esta vez con siete buques de guerra, Perry volvió a Japón y fondeó dentro de la Bahía de Edo, y bajo presión, el 31 de marzo de 1854, logró suscribir con el gobierno de Bakufu (Shogun) el tratado conocido como el de “Kanagawa”, el cual estaba compuesto por 12 artículos, y en virtud del cual Japón abría dos puertos. Además, el Shogunato se obligaba a socorrer a los náufragos, y autorizaba a Estados Unidos para la instalación de un Consulado. Aunque em el tratado no se incluyó el acuerdo de libre comercio, contenía una “clausura de la nación más favorecida”. Posteriormente, el debilitado régimen del shogun suscribió tratados con otras naciones: con Reino Unido, 1854; con Rusia, 1855; con Estados Unidos, y Reino Unido, el “Tratado de Amistad y Libre Comercio”, en 1858. Y continuó con la firma con Francia y Holanda. Todos estos tratados otorgaban a las potencias extranjeras la jurisdicción de sus cónsules sobre sus respectivos ciudadanos. En noviembre de 1867, el último shogun Tokugawa devolvió el poder al Emperador, y quedó inaugurado el periodo de la “Era Meiji”. En las obras literarias del Japón, a ese periodo de la postrimería del shogunato se lo describe como el “Crepúsculo del Amanecer” del Japón. Es el comienzo de la modernización de una nación asiática. El nuevo gobierno buscaba convertir a su país en una “nación fuerte y rica”, tal como los estados europeos. El lema de entonces era “Kyofuku” (fuerte y rica) y procuraba en modificar los “tratados internacionales no igualitarios” (extraterritorialidades) que había firmado con las potencias extranjeras el debilitado gobierno de Tokugawa. El gobierno de Meiji rechazaba que en su país se impusiera el régimen de capitulaciones que las potencias extranjeras habían establecido en otras regiones de Asia, sistema que consistía en el establecimiento de una jurisdicción consular. El nuevo gobierno nipón no podía tolerar que los extranjeros quedasen excluidos de la competencia del estado territorial del Japón y sometidos a la competencia del estado de origen, y, para modificar esa situación, era indispensable que Japón tuviera sus layes codificadas como los países del Occidente.
La codificación de leyes La idea de codificar las normas jurídicas en el Japón se gestó desde los primeros años de la “Era Meiji” para exigir a las potencias extranjeras la eliminación de la inmunidad de los extranjeros frente a las leyes del Japón. Pero la tarea no era sencilla, pues Japón nunca había tenido experiencia en la materia. En 1879 (año Meiji 12), el gobierno del Japón encomendó la redacción del Código Civil a Gustave Emile Boissonade de Fontarabe, un jurista francés. Boissonade de Fontarabe tardó 10 años para elaborar un proyecto de Código Civil, el cual tomó como base al Código de Napoleón de 1804, considerado, entonces, como el más avanzado. Fue sancionado por el Parlamento como Código Civil del Japón en 1890, y se preveía que entrara en vigencia en 1893. Sin embargo, se generaron serios enfrentamientos entre los que reclamaban la inmediata aplicación y los que pedían la suspensión de la entrada en vigencia. Sin duda, el espíritu del Código Civil estaba muy lejos de congeniarse con el sentimiento del pueblo japonés. El proyecto elaborado se basaba en el Código Civil francés que encomiaba los principios del derecho natural, mientras que los japoneses honraban la tradición. La mayor crítica se centraba especialmente sobre las disposiciones que regulaban el régimen de la familia y las sucesiones. En definitiva, el Código Civil del Japón elaborado por aquel jurista francés, que había sido aprobado por el poder legislativo, nunca entró en vigencia, pues fue suspendido indefinidamente.
Elaboración del nuevo proyecto Al proyecto del Código Civil elaborado por Boissonade de Fontarabe se lo criticaba por considerárselo una traducción literal del Código Civil francés y la importación de doctrinas foráneas, y que no se habían tomado en consideración los usos y costumbres de las sociedades locales. Suspendida su aplicación, se creó otra comisión elaboradora del proyecto, cuyos miembros recorrieron todo el territorio del Japón para analizar las costumbres de distintas regiones. Además, recogieron las opiniones de los estudiosos en el tema de las costumbres y usos del país. Por otra parte, justo en ese momento, Alemania también se encontraba elaborando su Código Civil. Entonces, la nueva comisión elaboró un nuevo proyecto y tomó por modelo el código de Napoleón de 1804, el proyecto de código alemán, e incorporó los usos y costumbres que regían en el Japón. Sobre el régimen de la familia y las sucesiones, fueron incorporados los usos y costumbres que regían en la sociedad de los samurai. El nuevo proyecto se terminó de elaborar en 1897 y fue sancionado por el poder legislativo como Código Civil del Japón. Entró en vigencia el 16 de julio de 1898, que, con algunas modificaciones, rigió hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
La nueva Constitución Derrotado Japón en la guerra del Pacífico, su gobierno quedó subordinado a la administración militar de la fuerza de ocupación. Japón ya no era un país independiente, y en octubre de 1945, el comando supremo de la fuerza de ocupación comisionó al gobierno japonés la elaboración de un proyecto de Constitución. Las autoridades japonesas, aceptando la directriz, presentaron un proyecto de ley suprema para su país. El proyecto fue rechazado por el comando de la fuerza de ocupación, y el general Douglas Mac Arthur, comandante de los aliados, propuso, en febrero de 1946, un proyecto de Constitución para el Japón, que fue promulgado el 3 de noviembre del mismo año y que entró en vigencia el 3 de mayo de 1947. La nueva Constitución del Japón consagra el principio de la Soberanía del Pueblo (art.1º), y garantiza la igualdad de los derechos, libertades y garantías individuales que reconocen las constituciones de los estados contemporáneos. La sanción del Código Civil de Meiji de 1899, que se encontraba vigente -como ya dijimos-, obedeció a una necesidad imperiosa del gobierno de esa época para alcanzar la modificación de los “tratados desigualitarios” (extraterritorialidad). Pero su elaboración, a pesar de la prisa, había demandado 20 años. Cuando el Japón abrió sus puertos para el exterior después de la llegada del comodoro Perry, muchos jóvenes viajaban al exterior para estudiar. Aprender de los extranjeros era un estilo de la vida de los jóvenes intelectuales. Sin embargo, para la elaboración del proyecto del Código Civil de Meiji, no pudo influir ni la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” sancionada en 1789. Lamentablemente para la elaboración del Código Civil de Meiji, sobre el régimen de la familia y las sucesiones se mantuvieron los usos y costumbres de la sociedad aristocrática de los samurai. Recién con la sanción de la nueva Constitución de 1947, en Japón se consagraron los principios de la igualdad de derechos de todos los ciudadanos, sin distinción de sexo.
Derecho de la familia Como consecuencia de la sanción de la nueva Constitución de 1947, las disposiciones que regulaban entonces el régimen de la familia y las sucesiones se oponían al espíritu de la Nueva Ley Fundamental. Subordinando al postulado de la Carta Magna, en 1947 las disposiciones atinentes al régimen de la familia y las sucesiones fueron sustancialmente modificadas. Las nuevas disposiciones del Código Civil destacan especialmente los principios de respeto por la igualdad de derechos y libertades individuales de todos los ciudadanos, sin distinción de sexo. De esta forma, ha quedado definitivamente desterrado el antiguo régimen de la familia, que reconocía la autoridad del “jefe de la familia”, que tenía derecho omnipotente sobre sus miembros. Para comprender mejor en qué consisten las modificaciones, iremos analizando comparativamente los dos regímenes: el anterior y el nuevo.
* Abogado, Traductor público.
|