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Jueves, 28 de Junio de 2012
“Combini”
Escrito por Agencia EFE   

Famosas en Japón, estas tiendas disponen de cualquier producto y servicio que cualquiera pueda necesitar para el día a día.

Sacar entradas de espectáculos, pagar facturas o comprar comida recién hecha son tan solo algunas de las operaciones que se pueden realizar en un “combini”, los negocios que en Japón funcionan como una ciudad en miniatura.
El archipiélago cuenta con cerca de 45.000 “combini”, palabra japonesa para definir a las “convenience stores” (pequeños minoristas), en un negocio que generó en sus principales cadenas ventas cercanas a los 74.000 millones de euros durante el pasado año fiscal 2011.
En ciudades como Tokio es fácil encontrarse calles en las que se intercalan diversos “combini”, hasta el punto de haberse convertido en una constante social y administrativa indispensable para el funcionamiento de los populosos barrios japoneses.
Los “combini” son una evolución de las tradicionales tiendas de ultramarinos, aunque mantienen una constante renovación y disponen de cualquier producto y servicio que cualquiera pueda necesitar para el día a día: desde periódicos y revistas, tabaco, camisas o ropa interior, hasta fotocopiadoras, regalos, alcohol o máquinas de revelado fotográfico.

Casi todas abren 24 horas al día y siete días a la semana, y están dotadas de cuartos de baño, cajeros automáticos y hornos microondas; algunas cuentan también con zonas de descanso para comer y espacios para tomar un café con área de fumadores.
Los “combini” hacen también las veces de oficinas, con fax y buzón para recibir mensajes a través de códigos personalizados que solo conoce el usuario, y funciones como las de enviar correo o recibir paquetes e incluso maletas.
En sus estrechos pasillos las mujeres encuentran medias, maquillaje, colágeno bebido y otros complementos como pestañas postizas, de uso más habitual en Japón, mientras que los hombres pueden comprar camisas, maquinillas de afeitar o reconstituyentes para después de una noche de exceso de alcohol.
La comida de los “combini” se produce, distribuye y retira a diario, presentada en pequeñas cajas conocidas como “bento” y preparada para su consumo con todo tipo de opciones: pescado, carne o comida china, casi siempre acompañada de arroz o tallarines, por poco más de 350 yenes.
Los productos de estas tiendas suelen ser el principal sustento de quienes tienen pocos ingresos o viven solos, mientras que es frecuente ver aquí a los llamados “salaryman” (oficinistas), que acuden religiosamente en sus descansos y aprovechan para leer en la zona de quiosco las últimas novedades en “manga” o revistas.
La mayor cadena de este tipo de multiservicio en Japón pertenece a Seven-Eleven, del grupo nipón Seven & I, que obtuvo en el año fiscal 2011 unas ventas por valor de 3,28 billones de yenes, un 11,3 por ciento más que en el ejercicio precedente.
Originaria de Estados Unidos, la primera tienda Seven-Eleven abrió sus puertas en Dallas (Texas) en 1927 y comenzó su progresiva expansión hasta 1991, cuando pasó a formar parte del grupo japonés, que en la actualidad cuenta con más de 46.000 franquicias en 100 países.
Para adecuarse al mercado nipón, con una de las sociedades más envejecidas del mundo de 29,8 millones de japoneses mayores de 65 años, el 23,3 por ciento del total, Seven-Eleven creó también en el año 2000 un sistema de entrega de comidas y cenas dirigido sobre todo a los ancianos, el Seven Meal Service.
Por detrás se situó Lawson, otro minorista cuyas ventas en 2011 alcanzaron los 1,62 billones de yenes, un 7,9 por ciento más interanual, gracias sobre todo a las ventas de sus cajas “bento” y la de verduras y alimentos frescos.
En 2011 las ventas en los “combini” se impulsaron sobre todo a raíz del tsunami del 11 de marzo que arrasó la costa noreste del país, tras el cual estas pequeñas tiendas se convirtieron en los pocos puntos de venta en las zonas afectadas en las que se podía encontrar carne, pescado y fruta fresca.
El modelo de “combini” nipón no solo triunfa en el archipiélago, sino que ya ha comenzado su expansión en los principales países de Asia como Birmania, Malasia, Tailandia, Indonesia, Filipinas o China, en los que el milagro de estas tiendas poco a poco se afianza como la evolución del pequeño negocio tradicional.