En las últimas décadas han cambiado varios paradigmas en el mundo. Para ello, los distintos sectores han debido adaptarse al nuevo escenario. La floricultura argentina y los productores nikkei, en particular, dependerán de su organización e integración para tener la visión del nuevo escenario.
Como muchos saben, la floricultura nikkei en la Argentina comenzó en la década de 1920, parte importante del desarrollo de la floricultura argentina. También fue uno de los medios económicos más importante para el desarrollo de la colectividad nikkei de nuestro país. Muchos nihonjinkai y nihongo gakko surgieron alrededor de las colonias o zonas donde se agrupaban productores de flores y plantas en macetas.
En esa década de 1920 inicial, había 10.500 metros cuadrados de invernáculos entre 43 productores nikkei. Para 1975, según un censo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), la superficie promedio de un productor nikkei era de 2.500 metros cuadrados de invernáculo, equivalente a 10 invernáculo estándar de 240 metros cuadrados. Hoy, ese promedio se sitúa en más de tres a cuatro veces esa superficie, siendo manejada por la segunda y tercera generación. El inicio de la producción de flores y plantas en macetas fue alrededor del Gran Buenos Aires, principal mercado consumidor. Actualmente, la producción de flores y plantas en macetas se lleva a cabo en todo el país, lo que indica que el consumo se ha difundido a nivel nacional. El 50 por ciento de los productores está en el Gran Buenos Aires y, de esos, la mitad es nikkei. En las últimas décadas han surgido, en forma significativa, producciones en Mendoza (mas de 200 productores), Corrientes (el valor de la producción de flores y plantas en macetas es mayor al de tabaco, té y yerba mate) y Jujuy (más de 100 productores). Así como el trabajo de CETEFFHO y sus sensei en su momento tuvieron un fuerte impacto en el productor nikkei (capacitaciones, becas a Japón, difusión de nuevas especies y variedades, entre otras), el trabajo del INTA, con los grupos de Cambio Rural en los 90, con el Instituto de Floricultura (ex CETEFFHO) desde 2005 y con actividades en floricultura en más de 10 unidades del país, está dando impulso a la floricultura, especialmente en el interior del país. Hoy se ha organizado el Foro de Floricultura en el Gran Buenos Aires, foros regionales en varias provincias, organizaciones que representan productores en varias provincias. Expo Flor La Plata, Buenos Aires en Flor, en la Ciudad de Buenos Aires; la Fiesta Nacional de la Orquídea y Fiesta Provincial de la Flor de Misiones, Fiesta Provincial de Jujuy, Fiesta Provincial de Santa Fe, Fiesta Provincial de la flor de Tucumán son eventos anuales que existen desde hace unos años. Muchos organismos nacionales, provinciales y municipales tienen áreas en donde se contempla a la floricultura. El consumo de flores y plantas también ha tenido grandes cambios en Argentina y en el mundo. De ser un producto suntuoso, “de lujo” para determinado sector de la sociedad, hoy la flor y la planta estan asociadas a la calidad de vida. Hoy se valora el efecto emocional de la flor y la planta, tanto a nivel personal, como familiar y laboral. Hoy, con una flor, se hace arte con el diseño floral; una planta es un producto como objeto de regalo, no es una planta. También va en aumento el efecto en el ambiente urbano de la vida moderna: techos verdes, muros verdes, creación de parques o “pulmones verdes” en las grandes ciudades. La mayor complejidad del desarrollo urbanístico de la vida actual del hombre ha hecho que muchas actividades económicas deban ajustarse a esta nueva realidad. Esto ha dado lugar a grandes cambios en la producción, en la logística, en la comercialización y en la venta minorista. Para dar algunos ejemplos, una rosa cortada, hoy, en Ecuador, llega en dos días a Holanda y luego entre dos y tres días en camión hasta llegar al distribuidor en Rusia y luego tarda entre uno y dos días para llegar al consumidor. Pero llega al consumidor y le dura, por lo menos, cinco días. Un gran supermercado de Japón garantiza al consumidor que compra un ramo de rosas que le durará cinco días, si no se lo cambia por uno nuevo. Los primeros productores nikkei de la década de 1920 vendían sus productos directamente en el cultivo. El surgimiento de más productores y más producción hizo que en la década de 1930 surgiera el mercado de flores, como una forma organizada para el encuentro entre la oferta y la demanda. Posteriormente, diferentes formas de ver la producción, la distribución y la comercialización alteraron la forma en que la producción llega al consumidor. Hoy se observa una demanda potencial que no es satisfecha desde la oferta, especialmente en las grandes ciudades del interior del país, donde el nuevo escenario de la economía ha propiciado el desarrollo de centros urbanísticos que han creado una demanda nueva en flores y plantas. Esto ha sido, en parte, la causa del surgimiento de producciones locales; la otra parte de la causa del surgimiento ha sido la no satisfacción con la oferta de Buenos Aires. La complejidad de la sociedad moderna necesita de las instituciones para que cada sector pueda mostrarse y relacionarse. Según cómo se organice un sector, como el de las flores y las plantas, será como llegue al consumidor. Según cómo se organice, será la dinámica de cómo llegará la flor y la planta al consumidor, pasando por el mercado, el transportista, el mayorista y el minorista. Según cómo llegue el producto al consumidor, este lo tomará o lo cambiará por otro producto sustituto, que cada vez son más. Como en otras actividades económicas, la tendencia en el primer mundo es a una disminución en el número de productores, pero de mayor escala y el consumo aumentará en cantidad, pero será menor el valor total del mismo. Esto significa que cada productor tendrá que producir más, pues el margen será cada vez menor. Para la situación actual de la floricultura argentina, mejorando la comercialización actual se podrá obtener un mejor valor para el productor, se llegará a más consumidores y con un producto de mayor calidad. La rentabilidad actual se centra en la eficiencia de los costos y no en el precio del producto, el precio del producto está asociado al valor que le da el consumidor, no al costo de producirlo. Resumiendo: en las últimas décadas han cambiado varios paradigmas en el mundo. Para ello, los distintos sectores han debido adaptarse al nuevo escenario. La floricultura argentina y los productores nikkei, en particular, dependerán de su organización e integración para tener la visión del nuevo escenario.
* Ingeniero Agrónomo Coordinador de Floricultura, Investigador, Instituto de Floricultura - INTA
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