El centenario del Museo Social Argentino y su vinculación con la cultura japonesa.
El Museo Social Argentino debe su nombre a su homónimo “Le Musée Social de Paris” -entendido el término “Museo” en su acepción de "Edificio o lugar destinado al estudio de las ciencias, letras humanas y artes liberales"-. Bajo ese sugestivo nombre se llevaron a cabo tanto tareas intelectuales como materiales, con la idea del desarrollo y el mejoramiento social como norte. En ese marco de interés social, de profunda búsqueda de crecimiento, donde el deseo de ampliación del conocimiento se sostenía en el interés por aplicarlo a las actividades productivas e intelectuales encaminadas a sostener y desarrollar el escenario en el cual la República Argentina evolucionaba pujantemente, el Museo Social Argentino -una vez más- generaba un ámbito de creación y pensamiento: el Instituto Cultural Argentino Japonés.
El Instituto Cultural Argentino Japonés se inauguró en el momento en el que se comenzaba a consolidar la vida de los primeros inmigrantes japoneses en nuestro país, Pues la primera oleada de inmigración japonesa a la Argentina se dio en 1908 (sin perjuicio de que el primer inmigrante japonés llegó a Argentina en 1886, Kinzo Makino). También es interesante mencionar que, en 1898, Argentina y Japón suscribían el primer documento oficial que daría lugar a una larga, fructífera y sincera relación entre ambas Naciones: el "Tratado de Amistad, Comercio y Navegación", firmado en Washington por sus representantes diplomáticos. En este propicio escenario, la primera reunión del Instituto Cultural Argentino Japonés del Museo Social Argentino aconteció el 20 de noviembre de 1937. El Instituto, durante sus varios años de intensa labor, estuvo presidido por el Almirante Manuel Domecq García, destacado personaje de la escena militar, tanto en Latinoamérica, como en las relaciones con el Japón; amigo personal del Doctor Guillermo Garbarini Islas, quien fuera activo miembro del Museo Social Argentino y fundador de su Universidad, quien supo acercar al instituto a grandes personalidades de la escena cultural y política de Japón. La finalidad del mismo, establecida por sus estatutos, era la divulgación de conocimientos argentinos especialmente dedicados a los residentes japoneses del país. Haremos un racconto del discurso inaugural del institutito, a cargo del Doctor Garbarini Islas, ya que, a través de él, podremos adentrarnos en el pensamiento y también en el sentimiento sincero y esperanzado de un hombre –el hacedor de esas palabras– y de todos aquellos que se reunían, debatían e impartían conocimientos en el ámbito del Instituto Cultural Argentino Japonés del Museo Social Argentino, no solo para los japoneses residentes, sino para todos los integrantes de la sociedad interesados en participar. Es importante destacar que la situación económica en la Argentina, en 1937, era excelente por múltiples razones, cuyo desarrollo excede a la finalidad de estos párrafos. Tenía casi tres millones de kilómetros cuadrados poblados por 13 millones de habitantes, recorrida por cuarenta mil kilómetros de vías férreas y por otros tantos de caminos, de los cuales casi 2000 estaban pavimentados y que contaba con un área de más de 25 millones de hectáreas sembradas con las que se abastecía totalmente el consumo interno, dejando casi dos tercios que eran exportados; de la misma manera destaca el desarrollo de la ganadería que también, luego de abastecer el consumo interno, permitía exportar un 20 por ciento de la producción. A todo ello se sumaba la “sanidad” de la moneda local y la existencia de saldos favorables en la balanza económica. Esa gran riqueza, descripta en el discurso, tenía un origen: un suelo lleno de recursos, un pueblo pujante, auxiliado por el brazo y el capital extranjero. Todo ello asentando en la liberalidad del régimen político y del civil. Y el primero, calcado de las instituciones de los Estados Unidos; el segundo, construido sobre los principios proclamados y difundidos por la Revolución Francesa. El discurso continúa dando a conocer las bases jurídicas en donde se asentaban las relaciones civiles y comerciales y la forma en que los extranjeros podían sentirse seguros para establecerse, vivir y desarrollarse en suelo argentino, un país que ofrecía tranquilidad internacional, una situación interna acorde, una sociedad construida sobre fundamentos de derecho y de paz para que el trabajo pudiera desarrollarse fecundo. En el núcleo de su discurso -en donde concluye que las circunstancias dadas en aquel momento eran inmejorables para la intensificación del comercio bilateral y del trabajo japonés en Argentina- cita un estudio en el cual aparece vinculado el Almirante Domecq García con el Museo Social Argentino y con la comunidad japonesa. Se trata de “Un erudito trabajo realizado en 1934 por una comisión presidida por el Almirante Domecq García y del que fue redactor el Doctor Tomás Amadeo ha demostrado cuánto pueden aumentarse la exportación de la Argentina al Japón, muy especialmente en el renglón de carnes ya que, como lo recordó el Doctor Seizo Ito en una conferencia dada en este mismo salón, el consumo de carnes ‘per cápita’ va aumentando lenta, pero continuamente en el Japón”. (Textual de la conferencia.) Así se cierra la inauguración formal de este instituto cultural del Museo Social Argentino, buscando similitudes para incentivar el desarrollo de actividades en uno u otro país y destacando las diferencias para mostrar la posibilidad de complementación de ambas naciones.
Reuniones y conferencias desde 1933 Sin perjuicio de la impronta que le dio al instituto su incorporación al ámbito del Museo Social Argentino, queremos destacar que las reuniones en pos de la divulgación de la cultura argentina y japonesa comenzaron varios años antes. Prueba de ello es la inagotable memoria de la señora Norma Yokohama, una mujer que hoy (2011) cuenta con unos honorables 86 años, hija del señor Kenkichi Yokohama. Ella recuerda que el Almirante Manuel Domecq García, el Contralmirante Casal, Yoshio Shinya, Carlos Ishiy, Guillermo Garbarini Islas y el mismo Kenkichi Yokohama realizaban reuniones periódicas (semanales y quincenales) a partir de 1933 y hasta 1940. Recuerda esas charlas, desde el tiempo en el que solían llevarse a cabo en su casa natal, tanto como cuando ya se realizaban en el Museo Social Argentino. Desde el naciente Instituto Cultural Argentino Japonés se organizaron eventos tales como una muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes hasta charlas respecto de la situación socio-político y cultural. La señora Yokohama recuerda muy bien el especial afecto del Almirante Domecq García por la comunidad japonesa y la amistad personal de éste con el Doctor Garbarini Islas, siendo el resultado la transmisión de la pasión por la cultura japonesa del primero al segundo. Sumado a lo expuesto, los enriquecedores boletines del Museo Social Argentino demuestran la erudición de tantas personalidades brillantes que nos han dejado un legado de conocimientos y de avidez por contribuir con el desarrollo de nuestro país. Asimismo, a través de ellos, hemos podido cotejar los recuerdos acercados por la señora Yokohama, quien nos manifestaba que el Instituto Cultural Argentino – Japonés, presidido por el Almirante Domecq García, inició sus actividades en 1933, independientemente del Museo Social Argentino. Sin perjuicio de la enorme vinculación existente desde el inicio, afirmación que, sin dudas, sustentamos en los relatos y en los documentos aquí traídos, como se podrá apreciar en los párrafos que siguen. En el Boletín del Museo Social Argentino (número 22, entrega Enero-Febrero de 1934) aparece una síntesis de la conferencia dada el 8 de noviembre de 1933 por el médico japonés (de visita en Buenos Aires) Fumio Hayashi sobre “La lucha internacional antileprosa y sugestiones sobre su acción en la Argentina”. Esta conferencia, como destaca el boletín, fue llevada a cabo en la sala del Museo Social Argentino bajo el patrocinio del Instituto Cultural Argentino – Japonés. Sin embargo, en otra entrega (número 22 del Boletín), posterior a la mencionada precedentemente, se transcriben –aparentemente- en forma completa dos conferencias del mencionado médico japonés con la misma fecha, 8 de noviembre de 1933, y en ellas ya no se refieren al Instituto Cultural Argentino – Japonés como una institución independiente, como hemos destacado en los párrafos precedentes, sino que se refieren, concretamente, a la “Sección intercambio cultural Argentino – Japonés del Museo Social Argentino”. De tal suerte, ahora, podemos afirmar lo siguiente: el Almirante Manuel Domecq García junto con Yoshio Shinya fundó el Instituto Cultural Argentino Japonés en 1933, pero, al poco tiempo, obrando como fundamental nexo la amistad de Domecq García con el doctor Tomás Amadeo, empezó a realizar sus tareas “en forma auspiciosa, cobijada a la sombra de aquel árbol frondoso, el Museo Social Argentino” (textual del Boletín) como una sección del mismo. Posteriormente, como se ha explicado, se tornará un Instituto.
De sección a activo instituto Bajo este título nos proponemos mencionar las distintas actividades que fueron realizándose dentro de esta destacada área del Museo Social Argentino. Los temas allí tratados eran de una enorme diversidad. Analizaban desde los más profundos temas políticos e históricos hasta las más elegantes cuestiones del arte y la cultura en general. Dan cuenta de ello los resúmenes de las conferencias de: Yoshio Shinya sobre aspectos económicos del Japón, del 7 de junio de 1934; la del doctor Jorge Max Rhode, titulada “Estampas de la mujer japonesa”, de una belleza lírica de alto valor; la del doctor Francisco Ortiz, quien se desempeñaba como cónsul general argentino en Kobe, y que versó sobre el Imperio Japonés, por una parte, y luego ilustró a la concurrencia con una exposición sobre la situación económica del Japón y sus relaciones con la Argentina; la del doctor Albino Pugnalin sobre la civilización y la cultura japonesa, presentando una interesante interpretación de las mismas en su relación con los pensamientos de Confucio y Lao Tse, como así también concluyendo acerca del estatus del Japón de aquel tiempo, como leader de la civilización occidental en Asia. Las conferencias, debates y disertaciones de altísimo nivel de erudición se prolongaron por los siguientes años. Aquí listamos, todas aquellas que han llegado a nuestras manos. De 1935 ha quedado registro de dos conferencias. Una, llevada a cabo por el doctor Seizo Ito, ex ministro de agricultura del Japón, y que versó sobre la agricultura japonesa. La otra estuvo a cargo de la señorita Violeta Shinya, quien impartió una conferencia titulada “Reflejos del Japón Antiguo”, en donde analizó al ser japonés desde una faz psicológica, conectando dicho análisis con la misma producción poética de dicho país. Esa original presentación tuvo lugar el día 7 de octubre. A través del tiempo se fueron sucediendo decenas de notables japoneses y argentinos que dejaron su impronta en el Instituto Cultural Argentino – Japonés del Museo Social Argentino, mediante conferencias, disertaciones y debates de la más variada índole y, siempre, con la más distinguida excelencia intelectual de la época. En 1937 se organizó un ciclo de conferencias en el que colaboraron el Encargado de Negocio del Japón, Hirobumi Terajima, sobre “Las relaciones argentino-japonesas”; el señor Toson Shimazaki, quien se ocupó de “el lenguaje oral y el lenguaje escrito en la literatura japonesa contemporánea”; el ex ministro de Marina, Contralmirante Pedro S. Casal, trató sobre “La marina japonesa”, y el Doctor Albino Pugnalín disertó sobre “La estética y heroísmo del alma japonesa”. Según los registros, 1937 fue un año muy prolífico en materia de conferencias y charlas. El 24 de junio, Yoshio Shinya brindó una lucida conferencia sobre “El Japón Institucional. Sus actividades comerciales”; el 22 de julio, el Secretario Comercial de la Legación de Japón, Yoshio Nakamura, disertó sobre el “Intercambio comercial argentino – japonés”; el Doctor Diego Luis Molinari, el 26 de agosto, se refirió a la “actualidad japonesa”, y el Doctor Tomás Amadeo, presidente, en ese entonces, del Museo Social Argentino, disertó sobre “el dumping japonés”. El cierre de tan productivo año se dio con la conferencia del Doctor Guillermo Garbarini Islas, “Consideración sobre la organización política económica de la República”, que hemos analizado al inicio de estas páginas, mediante la cual quedó inaugurado, formalmente, el Instituto Cultural Argentino Japonés del Museo Social Argentino. Los siguientes años evidencian una actividad menor en cuanto conferencias del estilo que venimos presentando. Por el contrario, se da una intensificación de los cursos regulares, por ejemplo, el de idioma japonés y el de literatura japonesa. Las últimas conferencias de las que tenemos registro son: una sobre el “Desarrollo de la Cooperación en Japón”, de la que no consta autoría y se encuentra asentada en un boletín de 1938; otra, del mismo año, llevada a cabo por el Canciller de la Legación Japonesa, Shozo Murai, cuyo tema fue la “Posición del Ejército Japonés dentro del Estado”, y, finalmente, la última conferencia del Doctor Kotaro Tanaka –de la Universidad Imperial de Tokio-, quien el 1 de septiembre de 1939 disertó sobre “Los problemas de la vida espiritual en el Japón moderno”.
Enseñanza de Idioma Japonés La enseñanza del Idioma Japonés fue otra de las destacadas tareas interculturales realizadas en el Museo Social Argentino. El primer registro sobre el particular lo encontramos en los boletines del 1936, documentando la celebración de la finalización de las clases de japonés del 25 de octubre de 1935. Cabe destacar que para 1938 ya contaban con alumnos en el tercer año de estudios y en 1940 se creaban el cuarto y el quinto año y se aumentaba el plantel docente. En torno a esta actividad, hay registro de la participación de autoridades gubernamentales japonesas, como fue el caso del ministro japonés Yiro Yamasaki. También corresponde destacar que el profesor a cargo de estas clases era un egresado de la facultad de lenguas vivas de Tokio, profesor Guerisuko Shibuya. Eijiro Nomura y Teikichi Okimura también fueron profesores en estos cursos.
Otros cursos y becas El instituto también dictaba otros cursos, dentro de los cuales destacamos el “curso libre de literatura japonesa”, que estuvo a cargo de Takeshi Furukawa, Canciller de la Legación del Japón. Este curso contó con un numeroso alumnado y fue inaugurado el 1 de junio de 1937, con una brillante conferencia del Secretario de la Legación Japonesa, Ken Usui, sobre “La evolución del idioma japonés y la difusión del mismo en el extranjero”. El Instituto también se ocupó de la educación formal. A través de él, se tramitaban las becas ofrecidas por el Instituto Internacional de Estudiantes en Tokio. En 1938, dos graduados de la Universidad de Buenos Aires pudieron acceder a esas importantes becas de cultura y ciencias japonesas.
Las comisiones directivas En este homenaje al Museo Social Argentino, a través del recuerdo de tan apreciado espacio de cultura y quehacer social, como fue el Instituto Cultural Argentino – Japonés, nos interesa también recordar a quienes constituyeron las diferentes comisiones directivas que llevaron a cabo la actividad del mismo. Según nuestra investigación, la primera se constituyó en 1935, y la última data del 28 de marzo de 1940. La presidencia se mantuvo a cargo del Almirante Domecq García, por la vicepresidencia pasaron el Doctor Eduardo Crespo y el almirante Pedro S. Casal; por la secretaría, Yoshio Shinya, Carlos Valmaggia, Julio Benavides y la señora Argelia Morales Guevara de Barvié. La tesorería estuvo a cargo de José M. Braceras Haedo y de Jacinto Baldassarre Torres. Como vocales estuvieron el general Angel P. Allaria, Zoji Amari, José Braceras Haedo, Contralmirante Pedro S. Casal, José O. Casas, Angélica Morales Guevara de Barvié, Doctor Guillermo Garbarini Islas, N. Huerta, K. Iyesaka, Carlos C. Ishiy, Albino Pugnalín, Jacinto Baldasarre Torres, José B. Casas, Ki Iyesaka, Carlos Ishiy, Albino Pugnalín, Shigeru Takaichi, Carlos Valmaggia, Kenkichi Yokohama, Shigeyo Mimoto, José Boggiano, Jorge Guerrero, Yoshinori Ishikawa, Isamu Ogawa, Kenzo Ohono. General Alonso Baldrich, Doctor Eduardo Crespo, Doctor Ángel H. Roffo, Doctor Germinal Rodríguez, Takeo Nishizawa, Doctor Kanbo Ohono, Ingeniero Domingo Selva, José Félix Baca, Doctor Servando Gallegos, Doctor Rómulo S. Naón y Seizo Ito.
Domecq García Las relaciones del Almirante Domecq García con el Japón pueden obtenerse de varias fuentes oficiales. Sin embargo, en esta ocasión quisiéramos darlas a conocer en primera persona. Por ese motivo, transcribiremos algunos párrafos de su discurso inaugural de las conferencias dadas por el doctor Fumio Hayashi el 8 de noviembre de 1933. La fuente de este discurso, como la de toda la información sobre el funcionamiento del Instituto, fue obtenida del “Boletín del Museo Social” en sus ediciones entre los años 1933 y 1941. “Pronto hará 30 años que fui al Japón; una circunstancia fortuita me llevó allí pues encontrándome en 1903 en Italia como Jefe de la Comisión naval encargada de la construcción e inspección de dos buques (estos poderosos) y destinados a nuestra Armada, denominados “Moreno y Rivadavia”, cuyos buques constituían un refuerzo muy grande para nuestra escuadra […]. A principios de 1904, los buques que se encontraban en Italia pasaron a ser propiedad del Gobierno de Japón: procedí a hacer entrega de ellos a una brillante Comisión de oficiales Japoneses con quienes me vinculé y poco tiempo después recibí orden del Presidente Roca de trasladarme al Japón, cuyo Gobierno había consentido pudiese seguir yo las operaciones de la guerra de aquel país con Rusia. […] En marzo de 1904 salí para el Japón, llegando allí en el mes de mayo, siendo recibido en forma afectuosa en todo sentido y desde entonces datan mis vinculaciones espirituales y amistosas con aquel gran país que pude conocer y admirar, por cuanto creo que es difícil encontrar un pueblo que reúna como él las virtudes siguientes: 1ro., saber guardar la tradición encarnada en su Emperador, cuya descendencia ininterrumpida desde más de dos mil años, representa la Nación; 2do., su patriotismo indiscutido que lo ha probado de todos modos y lo seguirá probando; 3ro., una voluntad extraordinaria de progresar e ir siempre adelante, buscando el bienestar de su pueblo. […] He estado siempre pronto, para aportar toda buena voluntad en aquello que signifique una aproximación con ese pueblo…”.. Los mencionados acorazados fueron rebautizados con los nombres de Kasuga y Nisshin y, concretamente, utilizados durante la guerra ruso-japonesa de 1905. Estamos convencidos de que estas palabras son más representativas que cualquier interpretación o relato meramente descriptivo para transmitir ese sentir y ese profundo lazo de lealtad y amistad que Domecq García supo contagiar, primero a Tomás Amadeo y, en segundo lugar, a Guillermo Garbarini Islas.
Su discontinuación El último recuerdo que hemos encontrado documentado sobre el funcionamiento del Instituto Argentino Japonés del Museo Social Argentino, data de 1941. Allí, la Comisión Directiva hace saber que mantiene sus reuniones periódicas con la asistencia de la mayoría de sus miembros, tendientes a su cumplir su cometido y a lograr el mejor desarrollo de sus actividades. De tal suerte, dejan expresado que el curso de Idioma Japonés –de importante concurrencia- continúa su dictado y que, atento a numerosos pedidos, será complementado por un curso de “Ikebana o el arte de arreglar las flores”. Entre líneas, podemos leer que el quiebre, al menos momentáneo, era inminente, ya que no había ese enorme programación de actividades que se venían desarrollando. Era claro que el avance de la Segunda Guerra Mundial moldeaba los caminos de las dos naciones en direcciones opuestas.
Cierre del trabajo Desde hace muchos años que venimos soñando con reconstruir este brillante capítulo del Museo Social Argentino ya que, por varios motivos, hemos tenido vinculación con la comunidad japonesa. El primero, haber nacido y crecido en Florencio Varela. Creemos haber realizado una tarea constructiva, en pos de mostrar los cimientos de esta gran centenaria institución y sin perder de vista al lector. Así, hemos intentado que el trabajo presentado sea atractivo para él. Finalmente, nuestra intención ha sido brindar una composición hilvanada entre lo documentado y la memoria de personas que conforman el espíritu que ha hecho que el Museo Social Argentino sea la institución que hoy honramos. Ese espíritu institucional que ha hecho de nosotros personas, profesionales y académicos anhelosos de continuar manteniendo la llama de ese espíritu, viva, activa y en pleno ardor. En los últimos años, honrando esta relación entre la comunidad japonesa y el Museo Social Argentino, hemos logrado realizar varias actividades culturales en la Universidad del Museo Social Argentino. Así, se ha brindado espacio, colaboración y difusión a actividades realizadas por la Fundación Tõzai, por el Centro Cultural de la Embajada de Japón junto con la Fundación Japón. Esta vuelta a las fuentes produce un gran orgullo y un profundo sentimiento de agradecimiento.
* Doctora en Ciencias Jurídicas y Sociales (UMSA) Abogada en Derecho Privado, docente.
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