Sábado, 14 de Mayo de 2022
Lo simple y lo bello

MARU HANASHIRO lleva adelante un emprendimiento en el que diseña y estampa furoshiki, y cortinas noren, entre otros, pero que también es una búsqueda de identidad, con la impronta de una artista formada en la Argentina difundiendo la cultura japonesa.

“De chica, me era muy habitual ver los plegados que envolvían los bento que llevaban las obasan a las reuniones sociales”, recuerda Mariana Hanashiro, Licenciada en Artes Visuales con orientación en grabado que actualmente lleva adelante un emprendimiento con furoshikis, Maru Hanashiro. “Al comenzar a interesarme por el mundo textil, el uso del furoshiki me pareció ideal para plasmar de forma simple mis estampados y además incorporar otros patterns tradicionales japoneses. Es por ello que pude abarcar este proyecto desde mi formación académica y mis descendencia nikkei”.

Es que el furoshiki, comenta Maru, “es una técnica de plegado muy versátil, accesible y fácil de realizar. Es muy simple su uso, y eso es muy hermoso, ya que para realizarlo no se requiere más que un cuadrado de tela”.

- ¿Cómo nació tu emprendimiento y de otros productos de telas?
- Mi nombre es Mariana Emi Hanashiro. Soy descendiente de japoneses. Fueron mis abuelos quienes inmigraron en los años 50, luego de la Segunda Guerra Mundial. Mi hermana y yo nacimos en Japón el 30 de octubre de 1990, en el hospital universitario de Okinawa. Al año, mis papas y nosotras regresamos a la Argentina y, desde esa vez, no volvieron a visitar Japón. Yo tampoco volví.

 

Mi emprendimiento, Maru Hanashiro, parte de la búsqueda de mi identidad, atravesada por dos universos simbólicos: Oriente (Japón) y Occidente (Argentina), y una forma de difundir ciertos aspectos de la cultura japonesa a través de mi impronta como artista visual formada en Argentina.

El kanji con el que identifiqué mi emprendimiento es el de 笑 (¨sonrisa¨), y es el ideograma que eligieron mis padres para inscribir mi segundo nombre, Emi.

El primer proyecto que inicié con Maru Hanashiro es el diseño y difusión de la técnica de Furoshiki en el 2019.

El furoshiki es una técnica japonesa que utiliza una tela cuadrada para guardar, transportar y envolver objetos como libros y botellas, entre otros. Para realizar un furoshiki solo se precisa de un retazo cuadrangular de tela, es por ello que se vuelve una técnica accesible de aplicar en la cotidianidad, ya que con dos o tres nudos se obtiene un envoltorio.

Luego comencé a trabajar en el desarrollo de las cortinas Noren. Los noren son cortinas de tela que representan un aspecto importante de la cultura japonesa. Se utilizan en bares ¨izakaya¨, restaurantes y también en casas para dividir espacios. El origen de estas cortinas se remonta al periodo Jomon, en el 12.000 AC. El desarrollo de las cortinas noren me permitió trabajar en distintos proyectos gastronómicos, potenciando la creatividad y difundiendo la cultura japonesa. El trabajo en equipo me es sumamente enriquecedor a la hora de poner en práctica mi disciplina.

- ¿Qué inspiración recibís de Japón y de Okinawa?
- De Japón me inspira su forma de relacionarse con su entorno, el cuidado del detalle y la sutileza de la insinuación. De Okinawa, el uso de los colores que emplean y sus patterns donde conviven la vegetación y flora que los rodea día a día.

- Estás y estuviste involucrada en varios proyectos, colaboraciones dentro de la colectividad, ¿cuál es tu experiencia trabajando en equipo?
- He trabajado en conjunto en proyectos de la colectividad japonesa como “Kuda Omakase”, de Edgar Kuda; “Orei”, de Roy Asato, y “Dotonbori” en el desarrollo de cortinas noren. Con “Taiyaki Brother” hemos desarrollado unos pañuelos Furoshiki con la identidad de su marca, y junto a la pastelera Ana Irie trabajamos en el diseño de los furoshiki que mes a mes envuelven sus ediciones de cajas de wagashi con una temática particular.

Además, hemos realizado pañuelos Furoshiki junto a las artistas Valeria Fukunaga y Florencia Kaneshiro, que plasmaron sus pinturas sobre la tela. Y en conjunto, con mi hermana, Alejandra Hanashiro (diseñadora industrial y ex becaria por JICA), quien tiene su emprendimiento llamado ¨Uchi¨, y diseñó uno suribachis, hemos realizado una alianza entre ambos productos.

Uno de los proyectos más desafiantes que realicé fue en el restaurante “Harakiri de una”, donde me encargaron realizar unos murales para su salón. Fue un proyecto hermoso, ya que me dieron mucha libertad para desarrollar cada una de las imágenes y además confiaron que podría realizarlo sin haberlo hecho antes.
También trabajé con otros proyectos gastronómicos que buscan la difusión de la cocina japonesa y la fusión con las materias primas locales como, “Yugo Omakase”, “Let it V”, “Uni Omakase”, y junto a la cocinera Narda Lepes.

- ¿Cómo viviste el tiempo de la pandemia en relación a tu emprendimiento?
- Tuve la suerte de vivir la pandemia con trabajo, en la casa de mis papás y con mi entorno cercano saludable. Es por ello que si bien fue un momento de mucha incertidumbre y angustia, también fue de mucha autorreflexión, de repensar y repensarme.

Tuve el tiempo de ocuparme más de lleno en mi objetivo fundamental, que es la difusión de la técnica de furoshiki, realizando videos explicativos de distintos tipos de pliegues.

Leí bastante sobre sustentabilidad, lo que me dio más herramientas. La sustentabilidad no solo implica ser responsable y consciente con la producción que uno realiza, sino también con la transparencia con que se realiza. Respetar cada uno de los eslabones que componen la cadena productiva es fundamental a la hora de emprender este camino. Así, pude replantearme las materias primas a utilizar y el modelo de emprendimiento que deseo realizar.

- Hablando de sustentabilidad, ¿qué creés que puede aportar el furoshiki?
- La cantidad de plegados registrados permite que sea una técnica muy versátil y una excelente alternativa para evitar el uso de bolsas de plásticos y descartables, promoviendo de esta forma el cuidado del medio ambiente, ya que son reutilizables y es posible emplearla con cualquier cuadrado de tela que uno tenga a mano.

- ¿Qué telas usas?
- El primer género que comencé a utilizar para los Furoshiki es la gasa muselina. Es una tela muy suave al tacto y con composición de poliéster. La escogí porque me pareció ideal, ya que podría ser usada también como accesorio de moda. De esta forma, la difusión de la técnica de furoshiki sería una opción de uso a un objeto más familiar a todos.

Además, al ser su composición de poliéster, la técnica de estampación es la sublimación. Una técnica super accesible y que permite trabajar con un ilimitado uso de colores. Esto me permitió brindar un producto accesible a la mayoría haciendo la difusión más inclusiva.

Hoy en día incorporé el uso de tejidos naturales y otras técnicas de estampación, como por ejemplo la serigrafía con tintas al agua, y me encuentro en proceso de desarrollo de nuevas líneas de pañuelos furoshiki que estimo terminar a mediados de este año.

-¿Un consejo para aquellos que estén pensando en emprender?
- “Hacer”. Siento que es la mejor forma de aprender e ir perfeccionándose cada vez más. Por medio de la concreción de ideas. Presiento que en una idea siempre se va a denotar la impronta de quien lo está realizando, el “corazón” de quién lo realiza, es por eso que es muy importante “hacer”, poner a prueba una idea y no esperar a tener el proyecto ideal para comenzar. Estoy segura de que en el proceso de crear, uno, ante las elecciones y decisiones a tomar frente a dificultades, va a dejar ver el “corazón” de ese primer impulso creativo.

En el mundo de los emprendedores, yo encontré mucha compañía y además la alianza con otros proyectos y personas que también están realizando y realizándose a nivel personal y profesional. Esto es sumamente enriquecedor a nivel creativo y humano, ya que te conecta con nuevas ideas y procesos. Por lo que recomiendo mucho estar abierto y compartir con otros proyectos, ya que es muy gratificante el resultado.