Sábado, 06 de Noviembre de 2021
Tatuaje: el trabajo y pasatiempo de un argentino en Japón

NIKKEI en el exterior: Eru Higa, presidente de la asociación de tatuadores de Japón.

Soy Eru Higa, hijo de okinawenses, actualmente vivo en Japón y me dedico al mundo del tatuaje, aunque no soy tatuador. Vine de dekasegui por primera vez en 1990. Me casé con una nikkei de Misiones y soy padre de dos hijos. Me arrepiento mucho de no haberme esforzado para enseñarles el español.

En el año 93 o 94 me tatué con un brasileño que pertenecía a una familia tradicional japonesa de tatuadores y nos hicimos amigos. Conversando, él me dijo que tenía un proyecto de fabricar máquinas para tatuajes y me ofreció una sociedad. Yo, con mis conocimientos que había adquirido en la escuela industrial, no lo pensé dos veces y salí de la fábrica de camiones para ingresar a este mundo del tatuaje. Fue muy duro, porque nadie enseñaba, y tuve que estudiar y aprender por mi cuenta.

Gracias al tatuaje, he podido viajar por el mundo de convención en convención. Como en todo rubro, las cosas van evolucionando: a los 40 aprendí a usar Excel, a los 45 hice un curso de Solid Works (CAD), que es un software para hacer planos de piezas en la computadora.

 

Por cierto, separamos la sociedad por diferencias de ideas, y ahora mi mano derecha es mi hermano, Feru.

Estoy construyendo máquinas de tatuaje y comercializando con el mundo. Tengo un estudio de tatuajes con tres tatuadores. Soy el presidente de la asociación de tatuadores de Japón, que fue creada hace tres años por un problema con el gobierno.

Tengo la suerte de que mi trabajo y mi pasatiempos sean lo mismo: el tatuaje.

En lo personal, extraño mi adolescencia en Buenos Aires, pero me he adaptado bien a Japón. La estabilidad económica (en 20 años no me han aumentado el alquiler de mi taller), la seguridad en las calles, la puntualidad de los transporte... Con respecto al idioma, le agradezco enormemente a mis padres el haberme obligado a ir a Nichia Gakuin. En verano, con unos amigos argentinos, hacemos asado a la parrilla.

Hay días que me dan ganas de volver a Buenos Aires, pero antes quiero conocer más países y es más fácil desde acá.