COMUNIDAD. La feria es ampliamente reconocida en la zona, tanto por su aporte cultural como social ¡y por su rifa!.
Anticipando la llegada de la primavera, y acompañados por un sol dominical y una gran cantidad de público, se realizó la kermese o bazaa de la Asociación Japonesa Burzaco –AJB, el pasado domingo 18 de septiembre.
Al parecer, tanta concurrencia de gente de la zona se explicaría por algunos motivos: el clima, la necesidad de que haya este tipo de eventos de esparcimiento en la zona, la curiosidad y la admiración por la cultura japonesa, y la larga tradición que tiene la comunidad japonesa radicada en Burzaco. “Nosotros hace más de 20 años que estamos trabajando en este tipo de kermese, por eso la gente nos conoce: por la comida, por los espectáculos, por la rifa del auto 0 Km.”, señala el presidente de la Asociación Japonesa Burzaco, Vicente Nakama. En cuanto al impacto, Nakama resaltó la transmisión de la cultura japonesa y sus costumbres. Algunos de los concurrentes, como Marcos Rey, del programa de radio “Mezcladitos”, aseguró que “esta gente (por la comunidad), además de hacer este evento, es un ejemplo para la comunidad de Almirante Brown”. Otra señora, Nora, de 64 años, comentó que valora y admira a la colectividad japonesa de Ministro Rivadavia, y agregó: “Este evento ofrece algo que no es común y además la colectividad japonesa es un ejemplo, por la cultura de trabajo, los valores, y el respeto a los mayores”. Graciela, de 66, y residente en Burzaco, dijo que “el evento sirve para que la gente tenga un lugar de esparcimiento, porque no hay muchos eventos por la zona que nos reúnan. No hay lugares de paseo para ir”. Entre los jóvenes, como Sabrina (22), también de Burzaco, hay una coincidencia en que la kermese les da un espacio “para conocer una cultura diferente”. Soledad (31), de Claypole, agrega: “Esta bueno porque es otra cultura, ver algo diferente, porque acá, en Burzaco, no hay muchas cosas así como kermese, eventos, no hay muchos lugares a donde ir”. Otro aspecto que ofrece este tipo de actividad es el de mostrar lo que algunos pequeños productores y emprendedores hacen o fabrican. Martín (46) es de Lanús y él comentó que “hay puestos que están acá que no tienen nada que ver con la cultura japonesa, pero están aquí desde hace más de 10 años. El factor económico es importante. Los pequeños productores tienen una posibilidad de exhibir sus productos”.
Las famosas rifas Un aspecto atrayente del bazaa son las rifas, a través de las cuales se sortean numerosos productos y el tan anhelado auto. “Ya hace unos cuantos años que estamos y tenemos prácticamente una cantidad de socios que nos están pidiendo para el próximo año… nos preguntan ¿qué vamos a rifar?.. El auto lo compramos, como cualquier otra persona, en una agencia, y adquirimos todos los demás premios en las casas comerciales: televisores, artefactos para el hogar, etcétera. Una cosa importante: en el sorteo entran las rifas que se venden, las que no se venden no entran. Se sortea localmente y con un bolillero. Alguien sí o sí se lleva el premio”, indicó Vicente Nakama.
Verduras orgánicas Como una manera de contribuir con el club, también hay donaciones, y se realizan para la kermese. Un ejemplo son las verduras de Seiki y Kizo Sasaki, productores de agricultura orgánica en la zona de Monte Grande. “Es un emprendimiento muy pequeño. Comenzamos en 1990, y el objetivo fue la salud de nosotros y de la humanidad, queremos salvar a alguien mediante nuestros cultivos, Nuestra filosofía es la de Mokichi Okada. Cultivamos arroz y hortalizas de la zona. Los productos se venden a través de varios distribuidores, en Capital y en la zona, y además hacemos entrega directa a domicilio”, comentó Seiki. Su hermano, Kizo, quien estaba en el stand de hortalizas donadas, agregó: “Nosotros hace años que venimos trabajando con verduras orgánicas, y la gente, año a año, viene exclusivamente a buscarlas. Hoy ofrecimos acelga, apio, espinaca, nabo. Todos esto es donación de los productores, socios del club, y lo que se recauda queda para el club”. |