Jueves, 11 de Agosto de 2016
“Vamos a tener tres años de oro”
Escrito por Federico Maehama   

ENTREVISTA. El embajador japonés en la Argentina, Noriteru Fukushima, que ya lleva un año en el país, se muestra muy optimista con respecto a las inversiones que llegarán desde Japón, sobre todo por la nueva política interna e internacional del gobierno del presidente Macri.

- ¿Usted es hincha de River?
- ¿Usted piensa que soy hincha de River? (Risas.)
- Por lo menos en la Argentina.
- Yo soy hincha de todos.

Respuestas dignas de un diplomático, en este caso del embajador del Japón en la Argentina, Noriteru Fukushima, quien se ha sacado fotos con el plantel de River justo antes de que el equipo viajara en diciembre pasado a tierra nipona para disputar la Copa Intercontinental, pero también con la novena de Boca, campeones del torneo Tokyo International Youth Football en mayo de este año.
Fuera de la típica dicotomía futbolera muy propia de la Argentina, el Embajador halaga las bondades de una ciudad como Buenos Aires, a la que señala como “muy segura” y “muy bonita”, y de la cual disfruta. 
“Los fines de semana trato de estar fuera de la residencia para hacer deporte y el que me gusta más es tenis. Juego tenis con amigos de la colectividad japonesa y de empresas japonesas. También salgo a restaurantes o parques para conocer algunas otras áreas. Me gusta pasear, así que siempre trato de hacerlo cerca de mi residencia o por Recoleta. Nunca me aburro y estoy feliz de vivir en esta ciudad tan bella”.
En julio, Fukushima cumplió un año como embajador, un período en el que además de observar los logros deportivos argentinos en Japón, le permitieron ser testigo “privilegiado” de los cambios políticos del país. En ese momento, aseguró en un mensaje publicado en La Plata Hochi que haría “todo lo posible para mejorar las relaciones de amistad entre nuestros países”, con la más que optimista sensación de que nos esperan “tres años de oro”.
¿Será para tanto?
La respuesta de Fukushima se justifica por posibles visitas oficiales de altos mandatarios japoneses a la Argentina para fines de este año -aún resta una confirmación oficial-, algo que no ocurre desde hace 57 años (N de R: el primer ministro Shinzo Abe estuvo en Buenos Aires en el 2013 para apoyar la candidatura de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, aunque no fue una visita protocolar, de gobierno a gobierno), otro posible viaje del presidente Mauricio Macri a Japón en el 2017, sumados a que Buenos Aires será sede de la reunión del G 20 en el 2018, lo que supondrá el viaje de autoridades niponas, más los recientes viajes a Japón de la vicepresidenta Gabriela Michetti y de la canciller Susana Malcorra. 
“Durante años -cuenta el Embajador- que no hemos tenido este tipo de visitas, y ahora esto será un motor muy fuerte para los intereses de los dos lados, porque siempre Japón fue el inversor número cinco para todos los países de América Latina,  pero en Argentina en estos últimos 15 años estuvimos en el lugar 15 o 19, muy atrás de otros países de Europa. Por eso yo creo que vamos a volver, Japón regresará con algunas ciertas condiciones, pero aunque estas condiciones tarden y seguro que habrá algunas dificultades para este gobierno, por este tarifazo y las inflaciones, que también afecta la situación política de este país, nosotros tenemos cierta confianza en la continuidad de esta situación política de la Argentina y podemos esperar estas inquietudes. Pero durante 15 años este país estuvo cerrado y ahora abrió sus puertas y nosotros queremos entrar, porque Argentina es un país muy rico, tiene todo, tiene capacidad humana y potencialidad de todos los recursos naturales y, sobre todo, en lo relacionado a la agricultura y lo alimenticio; ustedes tienen todo, así que muchas empresas japonesas querían pero no se podía por el tema del financiamiento. Pero este gobierno ya resolvió problemas como el de los Holdout y problemas financieros, y ya estamos listos para entrar. Estoy seguro de que Japón va a volver”.

- ¿Tan importante es la Argentina para Japón?
- Cuando usted mira el globo ve países que están abriendo puertas y muchas nuevas oportunidades. Por ejemplo, para los  japoneses, Birmania es un país que estuvo muchos años cerrados, pero pasó de un régimen militar a ser un país democrático, y mucha gente y empresas dicen que este es el año de Birmania, aunque otros dicen que este es el año de Irán o Cuba también, aunque Cuba aún mantiene problema económico. Pero comparado con esos países, la Argentina tiene mucha más capacidad. Y además, ahora Argentina quiere abrir relaciones con los países del Océano Pacífico, y eso también es un buen mensaje, porque hasta ahora los países del Atlántico tenían proteccionismo y era muy difícil entrar, sobre todo Brasil. Antes, Argentina era más cerrada, pero ahora cambió. Queremos entrar a Argentina, queremos que Argentina sea como un modelo para otros países del Atlántico y que abran sus ojos y cambien sus políticas y sigan este modelo para abrir mercados, como lo hacen México, Chile y Perú. Entonces, América Latina va a ser una región homogénea que puede tener una posibilidad muy abierta. América Latina tiene un nivel alto de clase media, mucho nivel de consumo y muchos recursos naturales y capacidad humana. Pero para Japón, hablando de números en el turismo, es muy poco. Y en cuanto a inversión también es muy poco, sobre todo comparando los números de Japón con respecto a turistas de Asia. América Latina tiene que convertirse como Asia para Japón. Argentina es un modelo muy importante. En ese sentido, muchas empresas están viendo el globo, no solamente un país o un lugar, sino que estratégicamente quieren invertir en Argentina para que Argentina sea, dentro de una cadena global, capaz de mejorar muchos negocios de ellos en Brasil, Uruguay, Paraguay o Chile. Por eso ellos quieren volver a la Argentina. Antes había más de cien empresas, ahora hay solamente 50, pero dentro de poco se van a abrir oficinas de otras empresas. Eso va a suceder antes de fin de año. Ojalá, para mí, así como tenemos 700 empresas en Brasil, 1000 en México, mi deseo es que haya más de 200 o 300 empresas aquí, eso seguro va a suceder en algunos años si estas condiciones continúan. En cuanto a números de inversiones, en Brasil estamos invirtiendo alrededor de 3000 millones y en Chile 2000 millones, pero en Argentina solamente 100 millones de dólares; eso tiene que llegar a 1000 o 2000 millones. No digo el próximo año, pero mi deseo es que en algunos años lleguen 2000 o 3000 millones de inversiones para este país. Japón seguro tiene interés en invertir,  pero para eso necesitamos alguna cierta continuidad en la situación, y también las empresas japonesas son prudentes y deciden un poco tarde y para entrar en inversiones de proyectos de energía o infraestructura necesitan tiempo, a veces tardan 5 o 6 años en armar el proyecto.
Ya en el mes de agosto tendrán otros anuncios (de inversiones), y así sucesivamente, que ya están concretados. Muchas empresas tienen ideas y cambios concretos (mejorar el ambiente de negocios, marco jurídico, por ejemplo). También  muchas empresas están observando cuidadosamente el ranking y la calificación de este país que se anunciará en octubre (la OCDE), dependiendo de eso, este país puede tener financiamiento con tasas muy bajas. Todo también depende del liderazgo del país, las políticas, de las elecciones del año próximo, y de la continuidad de este proyecto y la estabilidad. Estamos confiando mucho en este gobierno, porque es muy diferente al anterior, muy abierto y transparente. El liderazgo del presidente Macri es muy fuerte y marca una línea única. La visita de la señora vicepresidenta Michetti (a Japón) marcó, abrió nuevos pasos. En ese momento, el equipo de secretarios que acompañaron demostraron esta sensación que tengo: que vamos a tener tres años de oro.

- Más allá de lo netamente económico, ¿cuáles serían los beneficios para nuestro país?
- Japón puede ofrecer varias cosas. No solamente vender técnica y comprar alimentos. Queremos entrar y hacer varios proyectos con nuestras tecnologías y nuestras capacitaciones. Por ejemplo, Toyota es un modelo muy importante. Todos los argentinos conocen el modelo llamado Toyota Way. Los trabajadores pueden aprender cómo trabajar y mejorar, y entonces pueden aprender no solamente las fábricas, sino los proveedores, toda la cadena que trabaja junto a Toyota pueden aprender el management japonés. Y eso no solamente Toyota, también Honda lo está haciendo.
Por eso, cuando una empresa japonesa entra, contribuye mucho a mejorar la competitividad de los argentinos. Y no solamente en la industria y en la economía, también podemos cooperar en el área científica y tecnológica, en la salud, en el rubro gastronómico, en lo cultural y educativo, porque Japón tiene una gama de oportunidades que va más allá de lo automotriz o industrial.
Acá Kumon no es tan famoso, pero en Brasil tienen más de 160.000 alumnos. Ojalá aquí Kumon fuese más visible, porque los que aprenden por este sistema se desarrollaron mejor, ese tipo de metodología educativa de Japón también se  puede ofrecer a varias empresas, porque aquí hay un nivel alto de educación. También otras empresas de servicios quieren entrar. En Brasil, la cadena hotelera “Blue Tree” está aprendiendo el sistema japonés de hospitalidad “Omotenashi”. En Brasil también entró la empresa JTB, que tiene más de 1500 colaboradores trabajando juntos y posee otras empresas que ofrecen servicios de turismo. También la cadena japonesa Sukiya, muy conocida por sus donburi. Nosotros podemos ofrecer otros tipos de comidas, servicios, sector educativo y salud.

“Queremos apoyar la actividad japonesa”

- Usted también mantiene mucho contacto con la colectividad japonesa, ¿cómo la ve?
-  Lo más impactante para mí es que aquí son muy unidos y muy solidarios. De los 65.000 descendientes de japoneses en Argentina, el 60 % de la comunidad está dentro de alguna asociación, pero en Brasil, que hay 2.000.000 de descendientes,  algo menos del 10 % diría yo que está dentro de las asociaciones. Eso porque muchos están concentrados en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores: Sarmiento, Varela, Burzaco, etcétera. Y la otra razón es gracias a los okinawenses. Porque el okinawense siempre es muy unido, muy solidario. Acá el 80 % es descendiente de okinawenses y por eso esa solidaridad se mantiene. En cambio en Brasil no es igual. Algunos jóvenes no quieren participar, no saben, no les interesa, hasta algunos empresarios y políticos, siendo nikkei, no participan en ninguna actividad. Pero aquí todos saben y participan, y esa es una fuerza, y quiero que se mantenga. Ustedes están haciendo mucho esfuerzo por atraer jóvenes y eso me emociona y estoy muy impresionado.
Japón, como gobierno, quiere apoyar la actividad japonesa. Este año, cuando hubo una reunión, nuestro primer ministro Abe nos dijo: “Tienen que amarse mutuamente”, porque ustedes (los nikkei) nos aman y los japoneses también, pero no lo estamos demostrando. Nos ordenó que amemos mutuamente y que trabajemos todos los embajadores para amar a los nikkei. Por eso queremos aumentar mucho más el contacto con la colectividad, apoyar los eventos, las actividades.  Nosotros consideramos que estamos en otra etapa. Una primera etapa era antes de la segunda guerra mundial, con la época de inmigración, pero después del año 2000, cuando hubo muchos dekasegi, sansei, nisei, cambió la política de apoyo por la cooperación. Pero ahora estamos en otra etapa y Tokio está pensando en cómo apoyar a las nuevas generaciones de la comunidad japonesa. Queremos saber qué intereses tienen los jóvenes nikkei, no podemos atraerlos solo con cultura, bonodori y taiko, sino con Managment japonés, tener algún tipo de conversación a través del Know how japonés. Junto con JICA estamos tratando de ampliar este tipo de actividades. Por eso JICA comenzó con becas para emprendedores. JICA mandó una profesora especialista en comidas japonesas a Nichia Gakuin, y a La Plata un profesor de Béisbol, porque desde lo culinario y el deporte queremos aprovechar para colaborar con la comunidad. Y ojalá podamos mandar de tenis de mesa, kendo, judo, para que la comunidad japonesa pueda aprender estos deportes.
Para nosotros, la comunidad japonesa es un tesoro, sobre todo los de comunidad japonesa de argentina, que es tan unida y solidaria. Por eso algún día quisiera hacer algún evento con los jóvenes y hablar de política. Comparado con Brasil, acá no hay políticos nikkei. Ojalá que salga alguna vocación política de los jóvenes para que los japoneses puedan entrar a este mundo tan importante.