Jueves, 15 de Diciembre de 2011 |
“La democracia sigue siendo indirecta” |
Escrito por Gustavo Kashiwagi* |
Empecé a militar hace como tres años, luego de ver dos películas: “Hambre de Soja" (de Marcelo Viñas), y, meses después, "La Próxima Estación" (de Pino Solanas), que fueron como la punta del iceberg, porque a partir de allí pude ir descubriendo cómo el modelo neoliberal aún se mantiene, con un trazado de red ferroviaria con espíritu de sólo saquear las riquezas, bien alejado de las intenciones scalabrinianas. Vivir literalmente lo que se refleja en esas películas lo puede decir aquel que viaja en el Sarmiento ramal Merlo-Lobos, o lo hace en la línea 136. Quien vive esa experiencia diaria sabe de lo que hablo. En una ocasión observé cómo una avioneta fumigadora pasaba a menos de 10 metros de mi campo y afectaba a toda la población del segundo cordón bonaerense. Ahí fue cuando me pregunté: ¿Hacia dónde vamos?, y empecé primeramente la militancia ambiental. Fui a visitar varios pueblos de provincias cordilleranas donde la renta excepcional de las empresas mineras y sojeras proviene también de no contemplar costos ambientales y sociales que generan. A raíz de ello organizamos junto a un montón de organizaciones una Jornada de Orden Nacional por el Ambiente en la sede de ATE Nacional, y ahí, luego de entender que el problema de la contaminación no era en sí de las grandes empresas o corporaciones que usaban agrotóxicos, cianuro o arsénico, sino ya de "el" modelo productivo extractivo, no sustentable y generador de dependencia económica para el país, y que era un problema de decisión política nacional. Ahí es cuando me sumé al Proyecto Sur e hicimos un "mapeo de la configuración económica Argentina” y del dominio extranjero sobre nuestra política petrolera, gasífera, minera, alimenticia, ferroviaria, de acero, aluminio, de medicamentos, y musical e informativa. Es decir, redescubrir la ausencia del Estado y la falta de soberanía nacional. Pese a todo ello, las expectativas son buenas: luego del terrorismo de Estado y la gran violencia que se vivió en los 60 y 70, y el síndrome post Malvinas, poco a poco hay una maduración natural producto de 27 años ininterrumpidos de democracia. Pero creo que falta, y es en el marco de que "Hay que ser realista; pidamos lo imposible" es que nosotros (la militancia de Proyecto Sur) no nos conformamos de ninguna manera, porque la democracia sigue siendo indirecta. La concentración de tierras es clave para controlar la inflación de los alimentos, la concentración del poder real no cambió. Mis expectativas personales son las de seguir intentando transformar la realidad, devolviendo, de alguna manera a la sociedad, la formación que me financió, muchas veces alejado de lo que sería el partido político, pero sin renunciar a los ideales éticos y morales, que los recibí de mi familia, mis vecinos, mis amigos y mi pueblo.
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