El 27 de mayo culminó la 42º cumbre del Grupo de los 7 de Ise-Shima, en la prefectura de Mie, un encuentro en donde se dice que los dirigentes de Japón, Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Canadá y la Unión Europea, “que comparten valores fundamentales como la libertad, la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos”, hablan sobre soluciones para abordar problemas mundiales.
Los líderes reunidos, considerados o llamados “los más poderosos del mundo”, expresaron algunos puntos de alerta política y economía internacional. Este grupo, por ahora, conforman una especie de bloque que busca establecer un orden internacional estable. Tras la declaración de los “valores fundamentales” o comunes, en el documento se afirma que el G7 es capaz de garantizar: la paz, la seguridad, y la prosperidad del mundo. Para terminar, y como prioridad, se señala “el crecimiento económico global”. Además, los líderes instaron al gobierno de Venezuela a apoyarse en el diálogo con sus ciudadanos para resolver "urgentemente" la crisis económica y política", y le pidieron "respetar los derechos fundamentales, los procesos democráticos, las libertades y el imperio de la ley". También demostraron preocupación por las disputas territoriales entre países asiáticos, tanto en el Mar del Sur como del Este de China, lo que provocó la reacción de Pekín. “El G7 debería ocuparse de sus propios asuntos y no apuntar el dedo a otros y sus conflictos si quiere mantenerse vigente y estimular positivamente la paz y la estabilidad global”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi. El país mantiene conflictos con Japón, Vietnam, Filipinas, Taiwán, Malasia y Brunei. Siguiendo con las diferentes tensiones geopolíticas, en el documento se condenó colectivamente al proyecto nuclear de Corea del Norte y sus recientes pruebas, mientras que en el caso de Siria se instó a respetar el cese al fuego acordado entre las partes con el apoyo de Rusia. Con respecto a las medidas a tomar contra el extremismo, el G-7 presentó un plan que además de apoyar las resoluciones de la ONU llama a mejorar el intercambio de información entre los países miembros y también con la Interpol. Asimismo, el grupo buscará mejorar el control de fronteras, la seguridad aeronáutica y el tráfico de antigüedades y obras de arte que muchas veces es utilizado para financiar al jihadismo. Otras temáticas abordadas incluyeron cuestiones de comercio, infraestructura, igualdad de género y medio ambiente. Algo extraño es que del encuentro del G7 en realidad participan nueve personas, ya que a los siete se les une el Presidente de la Comisión Europea, y el Presidente del Consejo Europeo. La historia de este grupo, sin embargo, muestra la evolución misma de las relaciones internacionales, y cierta decadencia e hipocresía, como cuando antaño se llamaba a trabajar por erradicar la pobreza o eliminar el hambre, objetivos que luego son olvidados.
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