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 En 1917 llegó a la Argentina el primer inmigrante oriundo de la prefectura de Toyama; el segundo lo hizo en el año 1920, y a partir de ellos se fueron formando las distintas generaciones de issei, nisei y sansei que conforman Toyama Kenjin Kai, agrupación que en la actualidad está compuesta por 60 familias.
Gracias a aquellos pioneros que trajeron a nuestro país los valores que enorgullecen a los propios nativos de la prefectura de Toyama, es que el 1º de mayo se conmemoraron los 50 años del kenjin kai en la Argentina.
El festejo, que se realizó en un restaurante de San Telmo, en la ciudad de Buenos Aires, contó con la presencia de autoridades del Japón, como provenientes de la prefectura de Toyama, como el tercer administrador del gobierno, Hidetoshi Sunuma, y el diputado provincial Seikichi Hienae, además del cónsul japonés en nuestro país, Kazuyuki Yoshimura, y el representante de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón, Hiroyuki Takeda.
Entre los locales fueron invitados el presidente de la Federación de Asociaciones Nikkei en la Argentina (FANA), Seibun Komesu, y el presidente de la empresa YKK Argentina, Hideyuki Suzuki.
El saludo ceremonial fue dado por el presidente de Toyama Ken, Ikuo Tawataki, mientras que el gobernador de la prefectura, Takakazu Ishii, a través de un discurso, transmitió que “los nativos de Toyama han mostrado un gran espíritu y temple, cruzando el océano y llegando a la lejana Argentina”.
Y agregó: “Seguramente habrán pasado grandes dificultades, pero con gran espíritu emprendedor, dinamismo, tenacidad, y perseverancia han podido han podido superar obstáculos, logrando importantes resultados en este lugar. Gracias a esta virtud de los nativos de Toyama, tengo entendido que las segundas y terceras generaciones han logrado destacarse dentro de la colectividad, y la sociedad nikkei en la Argentina. Para nosotros es un gran orgullo que sean descendientes de un nativo de la prefectura de Toyama, es un muy importante legado”.
Pionera
Si bien son pocos los issei que quedan dentro de Toyama en la Argentina, sus historias son dignas de contar.
La señora Michii Nishimura, de 85 años, arribó a la Argentina en 1951. Hoy reside en Avellaneda con una de sus cuatro hijas, aunque de joven vivía en el campo y trabajaba en el cultivo de flores, pero al fallecer su marido no pudo quedarse sola.
Su llegada a nuestro país, durante el período de posguerra, fue con el objetivo de casarse. Por la guerra, muchos amigos de la señora Nishimura murieron de tuberculosis, lo que pesó en su decisión de abandonar la tierra natal. Ella cree que ese fue su destino.
Su travesía, en barco, duró tres meses, el viaje, según ella, fue divertido, y “la comida era rica”. En aquella oportunidad, de un total de 30 personas de Japón, dos eran de Toyama, y de ese grupo solo tres siguen vivos.
De su tierra natal, la señora Nishimura recuerda las montañas.
Actualmente vive tranquila, camina 10 minutos por día, mira la televisión, teje, y se levanta a las 7 de la mañana y para las 9 de la noche ya está en la cama.
“Yo pude casarme y vivir en una linda casa”, cuenta.
El sistema de becas
El sistema de becas de Toyama Kenjin Kai comenzó hace 40 años, y han sido 36 los becarios por la prefectura. Cuentan con diferentes becas: dos años para los estudiantes, y una beca de especialización de unos meses.
Estefanía Nishii, de 28 años, fue la última becada por la prefectura, en el 2015. Estuvo un año estudiando japonés e investigando sobre medio ambiente.
La primera beneficiaria con este sistema fue la señora Kita de Miyazono, quien estudió cerámica artística, y estuvo en un centro de investigación. Ella señala que la beca fue una manera de conocer sus raíces, las costumbres y un nexo para nisei y sansei. |