Jueves, 05 de Mayo de 2016
Tras la búsqueda de las tan anunciadas inversiones

Japón comienza a acercarse a la Argentina, luego del encuentro del presidente Macri con el premier Abe, sumados a una serie de reuniones del Embajador con Ministros nacionales, el viaje de Gabriela Michetti a Asia y la visita a la Argentina del Viceministro Parlamentario de Asuntos Exteriores y un grupo de empresarios. 

Tras la salida del default, habrían inversiones extranjeras. Al menos ese es el deseo del gobierno de Mauricio Macri, quien, en más de una oportunidad, ha resaltado "la importancia de la apertura al mundo" que está transitado la Argentina y aseguró que "traerá un enorme proceso de inversiones en el país como no se veía en décadas”.

Por lo pronto, para este jueves 5 de mayo estaba programada una reunión entre el viceministro Parlamentario de Asuntos Exteriores del Japón, HItoshi Kikawada, con el ministro de Producción, Francisco Cabrera, y el secretario de Comercio, Miguel Braun. El objetivo es firmar un memorándum de entendimiento entre Japón y la Argentina, y dialogar acerca del comercio y la inversión entre ambos países.

A principios de abril, Macri se encontró en la Cumbre de Seguridad Nuclear de Washington con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, con quien habló de “intensificar la relación”.
Según el Presidente argentino, Abe “prometió venir para fin de año a la Argentina”, mientras que Macri planteó la próxima visita de la vicepresidenta, Gabriela Michetti al país asiático (viaja este jueves por la noche rumbo a Corea y Japón).
En la Argentina, mientras tanto, se supo que el secretario de Comercio, Miguel Braun, se reunió el 7 de abril con el embajador japonés en el país, Noriteru Fukushima, para hablar -según expresó el funcionario argentino- sobre “una agenda en común”.
Braun, hay que recordar, ha dicho que es de interés del gobierno nacional ingresar al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), un área de libre comercio que tiene a Estados Unidos y Japón como sus principales integrantes, y en el que se busca que los países miembros intercambien sus productos sin ningún tipo de arancel, unificar una legislación sobre derechos de autor y patentes y la libertad en Internet, entre otras cuestiones.
No menos relevante fue el encuentro que el embajador Fukushima mantuvo con el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, el pasado 11 de abril. Según trascendió, la reunión sirvió para intercambiar opiniones acerca del fortalecimiento entre ambos países en relación a temas medioambientales.
En ese sentido, la Argentina viene siendo noticia debido a su gran reserva de litio, hoy conocido como el “petróleo blanco”. Los límites del país con Bolivia y Chile, integran el denominado “Triángulo del Litio”, la cual concentra más del 85 por ciento de reservas de ese metal blando.
El litio es utilizado en baterías computadoras y celulares, por ejemplo,
Pero como pasa en otros sectores mineros de Latinoamérica, ya se ha advertido sobre las posibles consecuencias sociales y ambientales de la explotación de este material. Chile ya no da más concesiones, mientras que Bolivia ha decidido oponerse a su producción.
Tal como indicó la BBC, compañías japonesas, estadounidenses, australianas y otras tantas naciones europeas, tienen planes o proyectos en funcionamiento para lo que define en un artículo como la “fiebre del litio”.
Hace casi un año, se exportó de Jujuy a Japón el primer envío de carbonato de litio por medio del proyecto minero Sales de Jujuy S. A. La mina está ubicada en el salar de Olaroz, el tercer más grande de Sudamérica, en la Puna jujeña.
Quizá sea esto a lo que se refiere el Presidente cuando dice aquello de “esta apertura traerá un enorme proceso de inversiones en el país como no se veía en décadas, hay un gran nivel de interés de sectores estratégicos, así como de otras áreas".
Pero el gran interrogante, sin embargo, sigue siendo cuándo se llegarán esas inversiones que se prometen, ya que los anuncios de Toyota y Bridgestone estaban planeados desde hace un tiempo (los 800 millones de dólares de Toyota habían sido informados en septiembre del 2013), porque los tiempos del país, principalmente de un gobierno, no son los mismos que los empresariales.