No puedo creer que ya hayan pasado tres años de la fecha. Hay cosas que se quedan impregnadas en la memoria. Lo que sucedió nunca lo voy a olvidar. En un fatídico 2 de abril del 2013, en la ciudad de La Plata (capital de Buenos Aires) y sus alrededores, se produjo un registro de precipitaciones récord debido a que cayeron alrededor de 400 mm de lluvia en cuatro horas. Se provocó así una gran inundación en la zona, que dejó un saldo de 89 muertes registradas.
El 2 de abril del 2013, la ciudad y sus zonas aledañas fueron afectadas por una lluvia de gran magnitud, especialmente entre las 18 y 21 horas de ese día, cuando cayeron casi 200 mm de agua. Las áreas más afectadas dentro de la zona fueron la ciudad de Berisso y Ensenada y los barrios de Tolosa, Villa Elvira y Los Hornos. Recuerdo que empezó a entrar agua dentro de nuestra casa. Al principio, era poca la cantidad, pero luego empezó a entrar más y más. Tratábamos de controlar la situación, hasta el punto que ya no pudimos y desistimos totalmente. Parecía una película. La lluvia ingresaba por doquier. El agua, antes clara y límpida, se tornó de un color oscuro, sucio. Era porque estaba mezclada con hidrocarburos, además de barro. Esto fue el causante de las características manchas en las paredes de las casas víctimas de la inundación. Por suerte, pudimos trasladar nuestras pertenencias hacia el segundo piso de mi casa. Pero para muchos, esto no fue así. Numerosas personas perdieron objetos que son reemplazables, tales como electrodomésticos, camas, colchones. Pero otros únicos e irremplazables, algo tan simple como un álbum de fotos, que contiene infinidades de recuerdos y momentos especiales. Mi escuela estuvo afectada, por lo que no tuvimos clases durante un mes. Una abundante cantidad de alumnos se acercó allí para contribuir en la restauración del establecimiento. Lo hicieron por solidaridad, ya que no era obligatorio. Entre las causas de la inundación se encuentran: gran cantidad de precipitaciones en tan poco tiempo, falta de obras hidráulicas, alto nivel de construcción en zonas cercanas al Arroyo del Gato y gran presencia de zonas altamente urbanizadas que alteran la capacidad de desagüe, basura y objetos extraños que tapan los desagües, impermeabilización del suelo por el aumento de superficie de cemento, y fallas en el planeamiento de la ciudad. Además de esto, se cree que YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) cerró las compuertas de un canal que pasa dentro de la destilería, agravando la inundación y contaminando con hidrocarburos el agua. Últimamente, la severidad de las tormentas ha aumentado. No son solo más frecuentes, sino más violentas también. Hace varias décadas, una gran cantidad de investigadores predijo que una inundación era cercana. Sin embargo, los gobernantes decidieron hacer oídos sordos y no realizaron las obras necesarias para prevenir el suceso. Incluso, el Intendente estuvo de vacaciones en Brasil en la fecha de la inundación. Los afectados debieron ayudarse entre sí, ya que hubo muy poca ayuda externa. Para evitar inundaciones a futuro habría que realizar las obras de infraestructura hidráulicas necesarias, las cuales no estaban preparadas para un evento de semejante magnitud. Además de crear un sistema de alerta que sirva para una evacuación rápida y eficiente. Las consecuencias quedaron a la vista de todos. Las posibilidades de que las medidas mencionadas sean implementadas en un futuro cercano son muy bajas, para no decir nulas. Es probable que nos inundemos nuevamente. ¿Por qué uno tiene que vivir con miedo? FOTO
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