Comenzaron los ensayos de “Kanpai”, cuarto espectáculo teatral interpretado por el grupo de la tercera edad que coordina el voluntariado de AUN, con la dirección del coreógrafo Yanco Inone.
Noviembre del 2015, cuatro de la mañana en Las Vegas, Estados Unidos. Medio dormido, Yanco Inone toma su Ipad que está junto a su mesa de luz para empezar a escribir o reescribir lo que ya viene gestando en su mente desde hace unas semanas. Está pensando un show para mayo del año siguiente que combine bailarines, danzas típicas, tango y recuerdos entrañables; está pensando en un grupo de abuelas, sus musas inspiradoras, aquellas que están a más de 10.000 kilómetros de su casa, pero que inevitablemente le hacen regresar a la Argentina una y otra y otra vez.
Ya de regreso a nuestro país, a principios de febrero, el coreógrafo comienza su trabajo: reunirse semanalmente con las obachan y las voluntarias de la Asociación Universitaria Nikkei (AUN) para materializar y seguir pergeñando “Kanpai”, la cuarta incursión teatral del grupo, en donde el eje temático estará centrado en la celebración de la vida y, en especial, en Kyoko Inafuku, quien acaba de cumplir 100 años en enero. “Pensé una entrada para Inafuku san propia de una estrella; una estrella se sentiría fantástica porque habrá videos, bailarines, cantantes y más sorpresas para celebrar su larga vida y la de las otras obachan”. Recuerda Yanco que antes de conocerlas le habían advertido que las oba eran muy frágiles. “Me dijeron que tuviera cuidado, o al menos eso yo interpreté; me daba miedo hasta de moverlas. Recuerdo que en uno de los ensayos les dije que levantaran un brazo y agitaran un pañuelo con mucha fuerza y una persona, preocupado, me preguntó si ellas podrían hacer eso. En seguida me di cuenta que ellas podían hacer de todo y muy bien”. Este año tiene la particularidad que, por intermedio de Susana Saigo, oriunda de Rosario, recibieron una invitación para realizar el espectáculo en aquella ciudad. El grupo está organizando un viaje a Rosario para los días 17 y 18 de abril, donde tendrán la oportunidad de repetir coreografías de ediciones anteriores. - ¿Cómo será el show que darán en Rosario? - Ellas no se dan cuenta, pero ya tenemos todo un repertorio. Vamos a tomar cosas de shows anteriores: el odori que hicimos cuando bailaron Sukina natta hito (“Mamá, yo quiero un novio”), con Chiyoko Uehara y los cinco muchachos, Roberto Arakaki, Enrique Arakai, Ricardo Arakaki, Leonardo Yamao y Marcos Yamao; también estará presente Pepe Kokubu con sus tangos y cerramos con el Pericón que bailamos en nuestro primer espectáculo. El motivo para hacer todo esto es que ellas se diviertan, que disfruten, y me encanta la idea de que las familias y la gente las vean haciendo todo esto. Recuerda Inone que al principio ellas se resistían un poco a bailar y él tenía que insistir. Ahora, en cambio, lo ven llegar y ante la primera invitación de Yanco dejan sus bastones y se levantan muy contentas de sus asientos para bailar tango, manbo y hasta folklore. “El mambo en uno de nuestros shows nació inicialmente como una música solamente para cerrar cortinas, entre una escena y otra iba a estar esa música. Pero a ellas les encantó tanto que en los ensayos se levantaron a bailarlo, y todo era tan natural que decidí dejarlas cortinas abiertas y que bailaran frente al público, fue un número impromptu, ni yo me lo esperaba”. - ¿Qué es lo que más te conmueve de las obachan? - Lo que a mí me tocó es escuchar sus palabras tan cálidas y sabias. Es un agasajo ver el espíritu que tienen, a mí me da mucha alegría. Yo nunca conocí a mis abuelitas, pero ahora tengo el regalo de tener todas ellas y las adoro y el amor es mutuo.
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