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Jueves, 18 de Febrero de 2016
En Japón, hay que gastar en vez de ahorrar

El yen se fortalece en un contexto mundial en el que el dólar sigue debilitándose, lo que impactaría negativamente en la economía nipona e intensificaría la deflación.

Una inminente guerra de divisas. De eso están hablando, o especulando, los corredores de bolsa. Y una de las amenazas  proviene del Banco Central de Japón y el fortalecimiento del yen frente al dólar. Durante la semana  pasada, la moneda japonesa se fortaleció frente al dólar en un 3,6 por ciento, el aumento más alto desde julio de 2009, hasta alcanzar los 116,7 yenes por dólar.

La confrontación de las monedas afectaría además a China, Suiza y la Unión Europea, aseguran algunos expertos.
La moneda nipona había caído en junio de 2015 hasta un mínimo desde el colapso de Lehman Brothers en 2008. Pero hacia finales de año, el yen comenzó a fortalecerse de nuevo frente al dólar, lo que intensificó la deflación, que ya dura más de 15 años.
El Banco Central Japonés se vio obligado a tomar medidas extremas, reduciendo la tasa de interés hasta un valor negativo (medida adoptada hace una semana para que los bancos comerciales estén estimulados a realizar préstamos a las empresas en vez de dejar depositado el excedente de dinero), pero, al parecer, sus esfuerzos han sido hasta ahora en vano.
La tasa de interés de -0,1 por ciento significa que el banco central cobrará a los bancos comerciales por algunas de las reservas depositadas en la institución.
La medida está diseñada para alentar a los bancos a que usen dichas reservas para dar préstamos a empresarios, en un esfuerzo por reactivar la economía japonesa y vencer la deflación (al contrario que la más conocida inflación, la deflación es la baja de los precios de los bienes y servicios debido, principalmente, a la caída del consumo).

 

Guerra global de divisas
En enero, los analistas de Bloomberg advirtieron que una "guerra de divisas global" podría ocurrir en un futuro próximo y el crecimiento del yen podría forzar a los reguladores, no solo en Japón, sino también en la Unión Europea, a intensificar su impacto monetario y crediticio en el mercado.
"La guerra de divisas continúa. Si el dólar sigue debilitándose, el Banco Central Europeo y el Banco Central de Japón volverán al juego", aseguró Lee Ferridge, jefe del departamento de estrategia macroeconómica de State Street Global Markets, citado por Bloomberg. Cabe resaltar que desde finales de enero, el euro se ha apreciado un 3,4 por ciento frente al dólar.
Los expertos no se comprometen a predecir el indicador que desatará una nueva guerra de divisas, pero el conflicto podría ser bastante agudo. De hecho, el Banco Central de Japón está dispuesto a reintroducir un impuesto sobre el consumo si el yen se sigue fortaleciendo y la deflación en el país empeora.
"Los corredores de bolsa están hablando cada vez más sobre una guerra de divisas. Se cree que una serie de Estados han decidido utilizar la devaluación de sus monedas como una forma de crecimiento de las exportaciones y, en consecuencia, su PIB. Muy pronto veremos cuál será la respuesta del Banco Central Europeo y del Banco de Japón", advierte Gueorgui Vashenko, jefe del Departamento de Operaciones del mercado ruso de valores Freedom Finance.
Si la Reserva Federal de Estados Unidos eleva la tasa de interés base en marzo, es probable que no se requieran contramedidas por parte de los bancos centrales de los países desarrollados. El aumento de la tasa fortalecerá al dólar, lo que seguramente hará que el euro y el yuan vuelvan al nivel de octubre-noviembre del año pasado.
Pero hay un gran riesgo de que la Reserva Federal decida aplazar el aumento de la tasa base, algo en lo que coincide la mayoría de los analistas, lo que llevaría a una nueva batalla de la guerra de divisas.

Problema mundial
En una conferencia de prensa, el gobernador del BOJ, Haruhiko Kuroda, indicó que la desaceleración de la economía global es el principal motivo para tomar la decisión.
"La economía de Japón continúa recuperándose moderadamente y la tendencia de los precios subyacente está en constante aumento", dijo.
"Pero hay un riesgo de que las recientes caídas adicionales en los precios del petróleo, la incertidumbre sobre las economías emergentes, incluyendo China, y la inestabilidad del mercado mundial podrían perjudicar la confianza de las empresas y retrasar la erradicación de la mentalidad deflacionaria en el público", explicó Kuroda.
Horas antes del anuncio, nuevos datos económicos mostraron una vez más los temores por el crecimiento económico.
Las ventas minoristas cayeron un 1,1 por ciento en diciembre respecto al año previo, en su segundo mes consecutivo de bajas, lo cual es un descenso mayor que el esperado en promedio por el mercado de 0,1 por ciento, según datos del Ministerio de Comercio.