Jueves, 24 de Septiembre de 2015
Heinosuke Gosho: el melodrama como una de las bellas artes

Ciclo de cine en la Sala Lugones del Teatro San Martín, en donde se exhibirán 12 películas del ignoto, en la Argentina, Heinosuke Gosho.

Una muestra de 12 películas inéditas en la Argentina del director Heinosuke Gosho serán exhibidas en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (avenida Corrientes 1530, Ciudad de Buenos Aires), entre el jueves 1º y el martes 13 de octubre.
El ciclo, denominado Heinosuke Gosho: el melodrama como una de las bellas artes, busca dar a conocer a uno de los más importantes realizadores en la historia del cine japonés, activo desde mediados de los años 20 y hasta fines de los 60, y creador de un centenar de películas.

Gosho fue uno de los más prolíficos cultores del llamado shoshimin-eiga, término que se aplica a aquellos dramas familiares de las clases trabajadoras que directores como Mikio Naruse y Yasujiro Ozu hicieron propio en varias de sus mejores obras. Con una filmografía tan vasta y expansiva, Gosho supo navegar con buenos resultados otros géneros, desde la comedia física, en sus primeras películas (muchas hoy desaparecidas), hasta el melodrama romántico en sus últimos años de actividad.
Heinosuke Gosho nació en Tokio, el 1º de febrero de 1902, pocos años después del nacimiento del cine, hijo “ilegítimo” de un prominente empresario tabacalero y una geisha. Su afición por el cine comenzó desde muy temprano y sus biógrafos afirman que los dos realizadores por los cuales sentía mayor predilección eran Charles Chaplin y el alemán Ernst Lubitsch.
En 1923 comenzó a trabajar como empleado en los estudios Shochiku, uno de los más antiguos del Japón, bajo el padrinazgo del realizador Yasujiro Shimazu, uno de los pioneros en la historia del cine nipón. Luego de dos años de desarrollarse como guionista obtuvo su certificado de realizador en la misma empresa, debutando en ese rol casi de inmediato e iniciando una carrera que atravesará cinco décadas.
El cine de Gosho es usualmente caracterizado por una mirada humanista y, en palabras de Arthur Noletti –uno de los pocos teóricos occidentales que han escrito sobre él-- es dueño de “una notable compasión y afecto por sus personajes”, además de un “consistente sentido de las injusticias, contradicciones y complejidades de la vida”.
Entre otros films, se podrán ver: La mujer de la niebla (Oboroyo no onna; Japón, 1936), Las jóvenes de Izu (Izu no musumetachi; Japón, 1945), Donde se ven las chimeneas (Entotsu no mieru basho; Japón, 1953), El gallo canta de nuevo (Niwatori wa futatabi naku; Japón, 1954), Dos veces en cierta noche (Aru yo futatabi; Japón, 1956), Elegía (Banka; Japón, 1957), El cuervo amarillo (Kiiroi karasu; Japón, 1957), El rifle de caza (Ryoju; Japón, 1961), Madre, cásate (Kaachan kekkon shiroyo; Japón, 1962), Una mujer de Osorezan (Osorezan no onna; Japón, 1965), La madre y sus once chicos (Kaachan to juichi-nin no kodomo; Japón, 1966), y Banquete (Utage; Japón, 1967).