Martes, 09 de Febrero de 2021 |
“Nuestra experiencia nos ha ayudado a crear un vínculo con los clientes” |
Durante las primeras semanas de la cuarentena obligatoria tuvimos que cerrar el restaurante, por si acaso. Se percibía que sería un período largo, por lo que el delivery a lugares de hasta cinco cuadras de distancia lo hacíamos a pie, y también comenzamos a ofrecer el retiro en nuestro local (Take Away), como tantos otros restaurantes. En nuestro caso, el servicio en el salón era nuestro principal negocio, por lo que fue necesario cambiar. Por ejemplo, tuvimos que abrir una cuenta comercial de Whatsapp para enviar el menú de forma digital y que los clientes pudieran hacer sus pedidos por mensaje de texto, además de telefónicamente.
En nuestro local se podía disfrutar de la comida y la bebida, pero también del ambiente y el servicio, por lo que el delivery, en un punto, y si bien uno puede comer en su casa, la experiencia creo no llega a ser la misma. Por lo tanto, pensé que podría haber una manera de experimentar un poco de Japón no solo comiendo y bebiendo, sino también otras emociones, así que decidí enviar una palabra semanal de aliento - inspiración. Como mi padre en Japón es profesor de Shodo (caligrafía), dibujó las palabras en una hoja de papel con Fude, las escaneó y le pedí que nos las envíe a la Argentina para mandársela a cada cliente junto a su pedido. Los clientes estaban muy contentos y algunos de ellos comenzaron a juntar palabras cada semana. Al principio, nuestros clientes y nosotros estábamos confundidos acerca del método de pedido y la entrega, pero durante este período siento que hemos formado un vínculo personal con ellos, algo diferente al servicio de salón. Cuando los clientes no podían salir de sus hogares y no podían usar bien la aplicación de pedido, quedaban muy agradecidos cuando la entrega la realizábamos en bicicleta, incluso fuera del área de entrega; quedaban encantados de poder probar el sabor de Japón en un ambiente cerrado. Recibimos mensajes de aliento cada vez que hacíamos una entrega. Igualmente, a medida que se iba flexibilizando la cuarentena, nuestros clientes nos preguntaban si podían venir a comer o beber en el salón. Cuando se permitió colocar mesas al aire libre, la cantidad de pedidos a domicilio o para llevar se redujo drásticamente porque los argentinos disfrutan de comer fuera. Por eso, presentamos al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires una solicitud para poder colocar mesas afuera. Lamentablemente aún no hemos recibido una respuesta. Por otro lado, una vez que se permitió la atención en el salón, redujimos el número de mesas y pudimos abrir, aunque con la máxima atención puesta en la higiene. Increíblemente, tenemos el lugar completo casi a diario, por lo que la vivacidad ha vuelto a nuestro restaurante. Seguimos pensando en cómo será la situación el próximo año, aunque nos gustaría que fuese lo más flexible posible. Sea como sea, nuestra experiencia nos ha ayudado a crear un vínculo con los clientes, y estamos agradecidos de las palabras de aliento que hemos recibido. Eso nos ha dado más fuerzas para hacer todo lo posible para seguir brindando el sabor y el servicio adecuado. |