A través del Festival de Otoño y Buenos Aires celebra Japón, dos eventos organizados por FANA, el público porteño pudo acercarse y conocer más sobre la cultura japonesa.
La celebración de la llegada del otoño a través de un evento organizado en la comunidad es algo típico de la cultura japonesa, ya que en Japón estas festividades están asociadas al agradecimiento por la buena cosecha. En la Argentina, en cambio, las asociaciones de la colectividad japonesa celebran a través de festivales para agasajar simplemente la llegada de una nueva estación.
El Aki no Matsuri cada año se abre a la comunidad japonesa y a las personas que suelen admirar y gustar de su cultura. Este año, a diferencia de los anteriores, se fusionaron dos evento: Buenos Aires celebra Japón, por un lado, con el apoyo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y el V Festival de Otoño, organizados por la Federación de Asociaciones Nikkei de la Argentina (FANA). Ambos festejos se celebraron el sábado 11 de abril, en la sede del Centro Okinawense en la Argentina (COA). Las actividades comenzaron desde la mañana, con “Otanoshimi Kai”, gimnasia y entretenimiento para las personas de la tercera edad y, por la tarde, se celebraron al aire libre Buenos Aires celebra Japón, y el Festival de Otoño en el predio de COA. Las actividades al aire libre consistieron en la presentación de números artísticos, como baile, demostración de tambores japoneses (taiko), feria gastronómica, artes marciales, y en los laterales se realizó la típica venta de productos japoneses a través de diversos stands. Dentro de la institución, el programa fue similar al del exterior: Sumo, Judo, baile participativo, canto, desfile de kimono, taiko, danza okinawense y danza japonesa, entre otros. Hubo, además, stands con artesanías y comidas típicas. Lo curioso de destacar, además de que hubo una asistencia de público considerable tanto fuera como dentro del establecimiento de COA, es el tipo de público que se hizo presente. Entre los que típicamente concurren al festival de otoño entremezclados con personas que se sintieron atraídos por conocer un poco más sobre la cultura japonesa. En resumen, se podría decir que hubo tres tipos de participantes: de la comunidad japonesa, aficionados a la cultura japonesa y público curioso de querer conocer un poco más sobre Japón. Esto se vio reflejado en las actividades organizadas por FANA, debido a que algunas se ajustaron para que la gente que no conoce demasiado sobre la cultura japonesa pueda tener la posibilidad de acercarse. Así, por ejemplo, se hizo un desfile de kimono explicativo, se explicó qué tipo de colores se usan de acuerdo a la edad y cómo se eligen y combinan las telas. Otra actividad fue el número participativo de taiko, donde el público pudo tocar los tambores con la guía de los chicos del grupo. Así, este festival de otoño trató de abrir la cultura japonesa a la comunidad de la ciudad de Buenos Aires, convocando a diversos tipos de públicos e integrando la cultura de Japón y la criolla. Así es como Argentina y Japón se unen a través de la comunidad japonesa, y las asociaciones que tanto trabajan en cada uno de estos significativos eventos.
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