Home >> Deportes >> Camino a ser una de las principales ligas de fútbol del mundo
Jueves, 06 de Junio de 2013
Camino a ser una de las principales ligas de fútbol del mundo

Creada en 1993, la liga de fútbol japonesa está firmemente consolidada como la gran precursora del fútbol de clubes asiático y apunta a ser una de las más competitivas a nivel mundial.

Hace 20 años, el 15 de mayo, se enfrentaron el Yokohama Marinos y el Verdy Kawasaki, en el Estadio Nacional de Tokio. El resultado fue 2 a 1 para el Yokohama. El primer gol del partido fue del holandés Hennie Meijer, para el Verdy, luego empataría el brasileño Everton y, el gol del triunfo, obra de Ramón Díaz.

Ese fue el primer partido de la liga japonesa de fútbol, conocida actualmente como la J-League, la cual conmemoró 20 años, tiempo suficiente para que aquellos clubes fueran rebautizados como Yokohama F. Marinos y Tokyo Verdy y  aquellos jugadores extranjeros quedaran en la historia como los primeros en convertir goles en la liga, como es el caso del hoy entrenador de River. 
Si bien en muchos países del mundo las ligas profesionales de fútbol llevan varias décadas, Japón, no obstante, ha demostrado que una liga de arranque tardío puede llegar a transformarse en un campeonato importante. La J-League, de hecho, no se empezó a disputar hasta 1993, pero ahora está firmemente consolidada como la gran precursora del fútbol de clubes asiático.
Igualmente, antes del inicio de la J. League, el fútbol giraba en torno a la Liga Japonesa de Fútbol o JSL, por las siglas en inglés, que consistía en clubes amateurs, fundada en 1965. Este torneo coincidió con el boom económico del país, entre la década de los 60 y hasta los 80. Participaban 12 equipos y duró hasta 1992, cuando la Asociación Japonesa de Fútbol (JFA) decidió crear una liga profesional como consecuencia del primer triunfo de la selección nipona en la Copa Asiática, en la edición de 1992.
El golf y el béisbol, hasta entonces, eran los deportes populares, mientras que el fútbol estaba un segundo plano. Con su gestión profesionalizada, sin embargo, la nueva liga cautivó a todo el país, y la pelota empezó a hacerse un lugar en las tapas de los diarios. Uno de los principales atractivos fue la contratación de extranjeros, muchos de ellos estrellas mundiales.
El éxito inmediato de la J-League llevó al Jubilo Iwata y al Bellmare Hiratsuka a incorporarse a ella en 1994 y, en las siguientes cuatro campañas, seis clubes más siguieron su ejemplo. La consecuencia fue que cada vez más espectadores acudían a los estadios, y la temporada de 1994 registró un promedio de asistencia récord, con una cifra de 19.598.
El buen funcionamiento de la liga brindaba a los jóvenes japoneses un marco perfecto para desarrollarse, y varios jugadores empezaron a dar el salto de calidad. Por ejemplo: Hidetoshi Nakata, Shinji Ono, Junichi Inamoto y Shunsuke Nakamura se convirtieron en los ídolos de la afición de sus clubes respectivos y de su selección, antes de ganarse sendos traspasos a Europa.
De los avances de la J-League se derivó, como consecuencia natural, el éxito continental de sus clubes. El Yokohama Flugels ganó Supercopa de Asia, en 1995, y el Jubilo emuló la gesta cuatro años más tarde. La floreciente liga sentó las bases para la selección japonesa, que volvió a proclamarse campeona de Asia en 2000, 2004 y 2011, tras haberse clasificado por primera vez para el Mundial de Francia 1998. Ahora, es la primera selección en clasificar para Brasil 2014.
Los extranjeros, como se ha dicho, ayudaron a la liga a crecer en popularidad. El brasileño Zico, por citar un caso, ayudó al poco conocido Kashima Antlers a conseguir el subcampeonato en la edición inaugural de la J-League. Luego vendría su compatriota Dunga, que se convirtió en el preferido de los aficionados locales mediante sus actuaciones con el Jubilo Iwata, mientras que el serbio Dragan Stojkovic se erigió como el mejor jugador del campeonato en 1995, jugando en el Nagoya Grampus y bajo las órdenes de Arsene Wenger.
"Creo que la J-League es realmente notable por sus logros, habiendo generado cambios significativos en el fútbol japonés y en la sociedad deportiva. Una serie de excelentes jugadores se han desarrollado y, como resultado, los equipos nacionales de todos los niveles han progresado, así como los clubes japoneses han tenido éxito en las competiciones internacionales de prestigio. Todo esto se atribuye al desarrollo del fútbol y el espíritu de profesionalidad creado a través de los últimos 20 años", afirmó Kuniya Daini, presidente de la Federación Japonesa de Fútbol, en exclusiva a FIFA.com.
Los que más llamaban la atención, naturalmente, eran las primeras estrellas locales de la liga. La más destacada era Kazuyoshi Miura, que condujo al Verdy Kawasaki a ganar el título en las dos primeras ediciones. De hecho, la selección de Japón, liderada por el “King Kazu” (“Rey Kazu”), y con figuras de la talla de Masashi Nakayama, Masami Ihara y Ruy Ramos, se quedó muy cerca de clasificarse para Estados Unidos 1994, y solamente dejó escapar el pase tras recibir un gol tardío en el 2-2 contra Irak.

Fábrica de estrellas
El éxito de la J-League no pasó desapercibido para la AFC, que la distinguió como la única liga asiática con la categoría A. La superioridad de Japón quedó también patente con los éxitos en la Liga de Campeones de la AFC, y el Urawa Red Diamonds se ciñó la corona en 2007, antes de que el Gamba Osaka lo imitara al año siguiente.
Aún más impresionante es la cada vez mayor fabricación de talentos por parte de la liga, con la aparición de una hornada de prometedoras estrellas que conforman la columna vertebral de la actual selección nipona, a las órdenes del italiano Alberto Zaccheroni. Tanto Shinji Kagawa, el nuevo jugador del Manchester United, como Shinji Okazaki, delantero del Stuttgart, empezaron a curtirse en la J-League. Asimismo, la ex figura del Nagoya Grampus, Keisuke Honda, que ahora milita en el CSKA de Moscú, se ha convertido en la nueva figura carismática del equipo ruso.
Entre las revelaciones más recientes, el nuevo astro del Hannover Hiroki Sakai está iniciando su proceso de adaptación a la Bundesliga, mientras que su compañero en la selección sub 23, Hiroshi Kiyotake, pasó recientemente al Núremberg.
A la vista de cómo la J-League se está convirtiendo en un potente trampolín para los jóvenes, parece estar en vías de cumplir el objetivo que la JFA señaló en 2005: convertirse en una de las principales ligas del mundo.

El Pelado, el primer goleador

Ramón Díaz jugó en el Yokohama Marinos entre 1993 y 1995, período en el que jugó 62 partidos y marcó 52 goles. Principalmente, fue el goleador de la primera temporada de la J League, con 28 tantos. El Yokohama fue el último equipo en donde jugó el riojano.
Por ese equipo también pasaron David Bisconti y Ramón Medina Bello, campeones con el Marinos en 1995; Néstor Gorosito (1996), y Jorge Solari y Osvaldo Ardiles, técnicos de ese club, en 1995 y 2000-2001, respectivamente.