Luego de varios años, la Asociación Japonesa en la Argentina ha recibido la habilitación para funcionar como club social, cultural y deportivo.
Poniendo parches para ir tapando agujeros. Esa acción era el reflejo de la situación por la que estaba atravesando una nostálgica Asociación Japonesa en la Argentina, allá, por el 2009 (y mucho antes, también). Esa era la labor de los miembros de comisión directiva de ese entonces (y de otras comisiones que fueron pasando durante las últimas décadas). Aquellos parches, quizá, pretendían tapar agujeros de una institución que, hoy con casi 95 años de historia, se está acomodando o, como se decía hace cuatro años: “Pese a su situación delicada, mira hacia adelante, buscando su identidad como institución”.
El entonces presidente de la asociación, Alberto Onaha, decía: “Nosotros estamos en la búsqueda de levantar una multa muy grande”. Era, en realidad, una clausura sobre la sede por casi 40.000 pesos. A eso había que sumarle deudas por servicios públicos. Esos problemas hicieron surgir algunas ideas, una de las cuales era vender la sede, para lo cual se conformó una comisión asesora que gestionaría, evaluaría, elegiría y decidiría entre diferentes proyectos de inversión. La idea rectora era mejorar el edificio, por lo que se había pensado en ceder el terreno a un desarrollista que construyese un lugar moderno y funcional. A la luz de los hechos, la idea no prosperó, pero, un año después, en abril del 2010, AJA recibió una donación de 81.151 dólares otorgada por la Embajada del Japón, dinero con el cual se comenzó a remodelar el salón. Una vez recibido el dinero, se solicitó autorización a la Embajada para ampliar la obra y hacer un piso más por sobre el salón, lugar en donde hoy funciona el dojo para la práctica de artes marciales. La Embajada aceptó la ampliación de la obra, pero AJA debió hacerse cargo de reunir los fondos faltantes para completar la ampliación. A la par, para junio de 2010 comenzaron los trámites para la habilitación de la sede. Como todo en AJA, no fue fácil: a las dificultades para reunir los fondos para la ampliación de la obra, un problema de filtración de agua arruinó parte de la madera del piso nuevo del salón principal, por lo que hubo que cambiar gran parte de las piezas de madera. Este trabajo, dicen desde la Asociación Japonesa, estuvo listo a fines del año pasado. La remoledación permitió abrir cursos de Karate, Kendo, Kyudo, Taiko y Tenis de Mesa. También alquilar el salón para eventos privados y celebrar los 95 años, y organizar el Nikkai Bazaa y el asado de camaradería. “Es un gran avance haber concretado la obra y haber conseguido la habilitación, pero ahora debemos generar actividades para solventar los gastos de mantenimiento y mejoras que todavía necesita el salón, como calefacción y refrigeración”, señalan desde AJA. “Es por eso que ofrecemos el salón en alquiler para, fiestas, reuniones, seminarios, charlas, exposiciones, conciertos, ensayos, etcétera. El salón de Planta Baja tiene capacidad para unas 150 a 200 personas”. Agregan: “Además, contamos con salas más reducidas para dictado de clases grupales o particulares, en lo que antes era la Mutual Nikkai, en el primer piso, que ha quedado libre desde que se mudaron”. (Para informes, llamar al 4300-1182/7042 o escribir a:
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de lunes a viernes de 10 a 18 hs.) Todo esto gracias a que la Asociación Japonesa en la Argentina ha sido, recientemente, habilitada como club social, cultural y deportivo.
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