El año pasado, junto a otras dos compañeras del colegio, Carolina Gaja ganó el concurso "Una bandera para Lomas de Zamora".
Las lomas, topografía de la pampa ondulada. Las hojas de un libro abierto (o el vuelo de una paloma) en el horizonte, como el desarrollo cultural. El sol, nacimiento de nuestra patria y pertenencia a la Nación Argentina. Las hojas de olmo. Cuatro colores. Verde, como la naturaleza, la abundancia y la fertilidad; como la esperanza y la verdadera libertad, asumiendo las leyes universales. Rojo, como el principio de la vida, el fuego central que anima los mundos; el amor, el dominio de sí mismo, la audacia, el valor, el federalismo, el coraje y la fortaleza. Azul, como la verdadera inteligencia, la percepción del sentido de las cosas, asociado a la belleza, a la majestuosidad, a la nobleza y a la abundancia espiritual. Y el dorado en los bordes que nos dice que el sol y lo divino iluminan la realidad en todos sus aspectos.
Eso distingue a una bandera, la de Lomas de Zamora, el distrito que el año pasado celebró 150 años con una nueva insignia, ideada por Carolina Gaja junto a otras dos compañeras con las que cursaba el tercer año del polimodal de la modalidad Comunicación, Arte y Diseño en el Instituto Sáenz, y que fue elegido por entre 200 diseños para representar al Partido. “La vi flamear en la entrada de la municipalidad, en la plaza Grigera, en el puente La Noria –cuenta Carolina, de 18 años, y hoy estudiante de la carrera de Diseño Gráfico en la UBA-. También acordaron entregar una bandera a cada colegio del distrito y a las distintas instituciones públicas del partido”. -Hoy, ¿qué se siente al verla flamear? -El haber ganado nos dio, en su momento, una alegría enorme. Pasado el tiempo nos fuimos dando cuenta de la trascendencia que tiene nuestro trabajo. Es emocionante verla flamear en la plaza principal y en distintos puntos del distrito. Pero lo que más me conmovió fue ver una foto en el diario de un excombatiente de Malvinas que regresó a las islas 30 años después, portando la bandera de Lomas de Zamora que le obsequió el intendente, Martín Insaurralde. -Seguramente, vos y tus compañeras aprendieron mucho de la historia del Partido ¿Hubo algo en la historia que te haya llamado la atención? -Empecé buscando información para un trabajo escolar, y terminé conociendo parte de mis raíces, ya que mi bisabuela materna se instaló en el partido en el año 1956. Desde entonces, mis abuelos y padres también lo hicieron. -¿Cómo es tu vínculo con la colectividad? ¿Vas a Burzaco? -Mi familia participa de las actividades de la Asociación Japonesa Burzaco. Fui a Nihongo Gakko, aprendí Nihon Buyoo y actualmente practico canto y participo en distintos Utamatsuri. -Casi como un juego: ¿cómo diseñarías la bandera del club de Burzaco? -¡Uy, es complicado! El proceso sería similar al de la bandera de Lomas de Zamora. Parte de la historia de Burzaco la pude conocer en los preparativos de la celebración por el 60° aniversario del club, el año pasado. El azul característico tiene que estar en el diseño y... Lo tengo que pensar, cuando la tenga, la mando, jajaja.
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