Del encuentro participaron 23 entidades, las cuales expusieron, de manera breve, su actualidad. Escasez de asociados y ausencia de Seinembu, las mayores preocupaciones.
Se pudo tener un panorama de lo que ocurre en las instituciones de nuestra colectividad luego del Primer Congreso de Instituciones asociadas a la Federación de Asociaciones Nikkei en la Argentina. Escasez de asociados y ausencia de Seinembu fueron casi una apreciación común de todas las entidades que participaron del encuentro que se celebró el domingo 25 de marzo en la sede del Centro Okinawense. Fueron, en total, 23 las instituciones presentes a través de un orador. El congreso, en el cual también hubo un espacio para algunas de las actividades juveniles que se realizan, como becas, intercambios internacionales y deportes, y un espacio para la conocer la cooperación que realiza JICA en la Argentina y, además, la asistencia a la tercera edad en el Centro Asistencial de Glew, comenzó cerca de las 8.30 y duró algo más de cuatro horas.
El primer orador fue Eduardo Nakama, presidente de la Asociación Japonesa Burzaco, quien, luego de repasar las actividades que se realiza en el club, mencionó las reuniones mensuales dirigidas a la tercera edad, las cuales agrupan a personas de entre 70 y 80 años. Si bien se ha formado un grupo, buscan que se acerquen más personas de la zona. El dirigente puso especial énfasis en un punto que luego sería resaltado por otros oradores: el del compromiso de los jóvenes a nivel dirigencial, ya que -según comentó Nakama- el Seinambu de Burzaco “no puede constituir una comisión”, ya que los jóvenes “no quieren tomar cargos”. Sí destacó, por otro lado, que hay un grupo de 20 a 30 años que organizan, entre otros, los torneos de tenis de mesa y colaboran con las actividades del club. El pedido a FANA, como entidad coordinadora, fue el de organizar una agenda de todas las actividades. Verónica Koike, en representación de la Asociación Japonesa de Escobar, mostró su preocupación por la dificultad de mantener “activos a los socios”, sea por la edad, el tema económico o la migración hacia otros puntos de Buenos Aires, especialmente a la Capital. Koike, al igual que Nakama, también remarcó la falta de un Seinembu. En tercer lugar habló el representante de Florencio Varela, Fabián Kanashiro. Como integrante de la comisión del Nihongo Gakko, su objetivo -dijo- es ver cómo tener más chicos en el colegio, y, a diferencia de quienes lo antecedieron, resaltó al Seinembu de su club, el cual participa “muy activamente”. El cuarto turno fue para la Asociación Japonesa de La Plata, cuyo representante fue Rubén Matsuda. La realidad de la institución sureña es atípica, ya que, por un lado, el club reúne a 310 socios, pero, por el otro, las colonias que están en los alrededores a Urquiza (lugar en el que se encuentra la asociación), están “afiliadas” al Nihongo Gakko. Visto de esta manera, la entidad tiene dos formas de ser socio: del club, propiamente dicho, y del colegio de idioma japonés. Por la Asociación Japonesa de Marcos Paz habló Sergio Shokita, quien habló de un cambio generacio nal en el Hombu del club, por un lado, pero mostró su preocupación en “cómo hacer para que las próximas generaciones dirijan la institución”, ya que “son pocas familias, siempre los mismos, cinco familias, que están en todo”. La escaza participación –argumentó Shokita- puede deberse a que la mayoría de los jóvenes se traslada a la Capital, sea para estudiar o trabajar. Como dirigente, especialmente del Gakko, Shokita informó que el colegio de idioma posee pocos alumnos. “Cada institución es Gakko –dijo-. Es el alma de la institución”. El pedido a FANA fue el que coordine y prepare dirigentes de la colectividad. Carlos Kakisu fue el primer representante de una entidad fuera de Buenos Aires. Como presidente de la Asociación Japonesa en Santa Fe, “una asociación bastante chica”, dijo, Kakisu remarcó que son cuatro las familias (30 miembros) las que participan activamente en el club, e informó que, después de 40 años, volvieron a tener un grupo de jóvenes (son nueve) que se juntaron, principalmente, para practicar Eisa y Odori. El siguiente orador fue Alberto Onaha, como presidente de la Asociación Japonesa en la Argentina. Con un discurso gris, nostálgico, dijo que “hoy la AJA está pasando por un problema de identidad. Pasó a jugar en la B”, ya que no representan a una zona, localidad ni barrio, y que si AJA sigue es por esa añoranzade de lo que fue, la cual tiene un grupo de gente y que sigue sosteniendo a la asociación. En el punto que involucra a los jóvenes, dijo que AJA “tiene un pseudo Seinembu, gente que pasa los 30 años, más anárquicos, que se juntan y hacen”, que no se estructuran. En su opinión, la colectividad japonesa está “decreciendo”, por lo que hay que revisar cómo enfrentar esta realidad, cómo adaptarse y seguir. El pedido a FANA fue también el de armar un calendario anual y coordinar las actividades. La Asociación Japonesa en la provincia de Córdoba estuvo representada por Víctor Hirai, entidad que reúne a 400 socios, la misma cantidad que la Asociación Japonesa en Rosario, en donde también falta un Seinembu, aunque si hay jóvenes que, “cuando hay un evento”, participan, pero no están constituidos en comisión. La principal preocupación de los rosarinos es la transmición de la cultura y el sentimiento, según dijo Eduardo Hokama, presidente de la AJ. “Hay un grupo pequeño que organiza todos los eventos”. La “participación y el compromiso” en la Asociación Japonesa Sarmiento no es muy distinta a las anteriores. Alfredo Tamagusuku, presidente de la asociación, señaló que son 21 los miembros que participan activamente, y le preocupa “la baja constante de la matrícula de socios”; el Nihongo Gako es concurrido por 26 alumnos y también se nota la poca participación en la franja de 30 a 45 años. Un proyecto pensando a futuro –expresó- debería ser el de “formar dirigentes en todos los niveles. Apuntar a siete años a que sean los nuevos dirigentes”. En Seibu se da, quizá, una situación que pueda, acaso, vislumbrar lo que será el futuro de nuestra colectividad: la mixtura. Héctor Arias dijo que Seibu “es una institución formada, en su mayoría, por matrimonios mixtos; mayoría de hafu”. Con la disyuntiva de “cerramos las puertas o nos abrimos a la sociedad”, el club siguió gracias a sus cursos de cultura y artes marciales. Así, el gakko hoy cuenta con 150 alumnos, con un bajo porcentaje de nikkei. Otra de las entidades que participaron fueron Nichia So (Centro de Asistencia Social Argentino Japonés), institución ubicada en Escobar que se dedica a la tercera edad, y cuya principal preocupación, expresó Hideaki Takashima, es la falta de personal idóneo para cuidar a los mayores que ahí viven (hay cinco internados, de entre 90 y 92 años), y Kyoren, el Centro de Idioma y Cultura Japonés en la Argentina, federación que, al término del congreso de instituciones, tuvo su mesa redonda para repasar el panorama de los colegios que enseñan nihongo. Ricardo Hokama, presidente del Centro Nikkei Argentino, fue a contramano de casi todos los oradores al comentar que “el CNA tiene un activo grupo joven” que organizan y participan de sus propios talleres de líderes, los cuales se iniciaron en 1992. Estos talleres hoy pasaron a ser lo que se conoce como el Dale!, el intercambio internacional. A continuación, el turno de la institución más grande (por infraestructura y socios): el Centro Okinawense en la Argentina. Teiji Arakaki, presidente de COA, destacó que la comisión está dirigida por 30 miembros, los cuales son nisei, sansei e issei, además de contar con grupo de jóvenes en distintas actividades, principalmente en Eisa. Otras tres agrupaciones participantes fueron Club Japonés de Merlo, la Federación Argentina de Kendo y la Fundación Okinawense. El final estuvo a cargo de algunos Kenjin Kai, como el de Kagoshima, la entidad más antigua de la colectividad, ya que fue creada en 1911 (celebrará su centenario el 26 de agosto, el cual fue postergado durante el año pasado por la catástrofe japonesa del 11 de marzo). Mie Ken, una prefectura pequeña que, en nuestro país, la integran cerca de 30 familias, y de la cual, se puede asegurar, contribuye enormemente para con el resto de la colectividad, ya que, al no tener suficientes becarios para enviar anualmente a Japón, ofrece sus becas a otras provincias japonesas. Y a contramano, Saitama Kenjin Kai, agrupación que hace cino años que ha cesado de ofrecer becas técnicas, y también ha perdido la de posgrado. Compuesta por cerca de 30 familias -según expresó su presidente, Takayuki Shibasaki-, se reúnen dos veces por año. La última de las instituciones en presentarse fue la de Garuhapé, en Misiones, la cual, en su mejor momento llegó a tener 93 familias. Hoy son 22.
Becas, intercambios internacionales y deportes
A través de una serie de mesas redondas de “actividades juveniles”, y como parte del Congreso, expusieron los miembros de AACONI (Agrupación Argentina de Cooperación Nikkei) sobre las becas que JICA ofrece especialmente a la colectividad. Conformada por exbecario, Gabriel Wakita, presidente de la agrupación y orador, señaló la “dificultad para otorgar becas”, sea por el desinterés u otros motivos. También la gente de Okiryukai habló sobre las becas a Okinawa, que son cuatro. De entre las actividades de intercambio, habló Matías Asato, en representación del Grupo Joven del Centro Nikkei, y detalló en qué consiste el Dale! Cabe aclarar que el Grupo Joven del CNA está integrado por -valga la redundancia- jóvenes de varias instituciones. Otro de los intercambios juveniles es el Niseta Tour, el programa de encuentro destinado exclusivamente a los descendientes de okinawenses, y del cual participan chicos de Argentina, Bolivia, Brasil, Perú y Okinawa. Más específico es el intercambio entre filiales que realiza la agrupación Ryukyukoku Matsuri Daiko. En lo que respecta a lo deportivo, el Congreso le dio espacio a dos actividades que se practican en casi todos los clubes de la colectividad: Atletismo y Tenis de Mesa. Tanto en uno como en otro, los expositores, Martín Nakama (atletismo) y Julio Yamamoto (tenis de mesa) alertaron sobre la escasa participación en los torneos que se organizan durante el año. “Si bien en sus principios el Atletismo, como madre de todas las disciplinas deportivas, congregaba con mucho entusiasmo a toda la colectividad japonesa, últimamente se fue esfumando esa situación para convertirse en el deporte de un grupo reducido de atletas; aunque siempre hubo destacadas figuras que sobresalían del resto, en general ha ido decayendo el entusiasmo por este deporte de parte de la colectividad japonesa”, opinó Nakama. En la presentación de la actualidad del Tenis de Mesa nikkei, un dato fue el que mostró que, mientras en la década del 70 y 80 el promedio de jugadores en los torneos nikkei era de 250, y, a la par, la federación contaba con 200 personas, en la actualidad los números marcan que son 120 jugadores promedio en un torneo de la colectividad, mientras que la federación bonaerense posee cerca de 400 competidores. |