Miércoles, 28 de Marzo de 2018
Condecoradas

RECONOCIMIENTOS. El gobierno japonés distinguió a Julia Nakama y Cecilia Onaha.

Japón entregó distinciones a dos personalidades de nuestra colectividad. Se trata de Julia Nakama, ex dirigente, y de la Doctora Cecilia Onaha.

Ambas recibieron sus respectivos reconocimientos el 12 de marzo, en la residencia del embajador del Japón en la Argentina.
En primer lugar, pasadas las 11, se le entregó la distinción a Onaha, sansei, profesora de Historia por la Universidad de La Plata y quien posee un Master en Educación de la Universidad de Tsukuba y cuya tesis de Doctorado fue la “Historia de los inmigrantes japoneses en Argentina - Inmigrantes libres y la formación de la comunidad japonesa”.
Ella recibió la Orden del Sol Naciente, rayos de oro con roseta en reconocimiento “a su destacada contribución al desarrollo de los estudios japoneses y a la promoción de la cultura japonesa en Argentina”.
En su discurso de presentación, el embajador japonés en nuestro país, Noriteru Fukushima, destacó la labor de Onaha en una época en la que “no había mucha información de Japón en la Argentina”, en referencia a lo cultural.
También destacó sus esfuerzos por abrir hace tres años el museo de la comunidad japonesa en la Argentina que funciona en la sede de AJA (Asociación Japonesa en la Argentina).
Por su parte, Cecilia Onaha agradeció la condecoración y resaltó el apoyo de su familia e hizo una especial mención a las enseñanzas de Bumpei Uno, las cuales “hoy siguen vigentes”. Uno fue presidente durante de AJA en la década del 80.

Premio a la dirigencia
En segundo turno se hizo entrega de la Orden del Sol Naciente, rayos de oro y plata a Julia Nakama, nisei, y quien fuera presidenta de AJA y de la Federación de Asociaciones Nikkei en la Argentina (FANA), además de coordinar y ser una de las responsables de la edición del libro del Inmigrante Japonés en la Argentina (en castellano y japonés, dos tomos cada una).
“Hoy recuerdo los días que perseveramos, con empeño, para cumplir con lealtad la tarea asumida, sorteando numerosas dificultades. Comprendí que no fue una tarea tan solitaria a medida que resurgieron nombres del pasado, apoyando o auxiliando el quehacer, el plan, el proyecto”, expresó Nakama.
“Viví años meritorios que dejaron su huella, rodeada de verdaderos grupos de trabajo”.
Es justo resaltar que durante los años en los que estuvo al mando de FANA, allá, al principios del 2000, la colectividad japonesa contaba con una generación de dirigentes de gran liderazgo, carácter y capacidad de trabajo.