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EL EMBAJADOR ARGENTINO en Japón asegura que en apenas un año se ha construido un “momentum” político “extraordinario” en cuanto a la relación bilateral.
 El embajador argentino en Japón, Alan Beraud, presentó cartas credenciales ante el emperador Akihito en abril del 2016, pero el lapso que lleva como funcionario ha sido muy activo, teniendo en cuenta los viajes de la vicepresidenta Gabriela Michetti, ministros y otras autoridades de la Argentina al país nipón, y sumados a la visita del primer ministro Shinzo Abe a Buenos Aires, en noviembre pasado.
-¿Qué cosas le llamaron la atención al llegar a Japón?
-El comportamiento de conjunto de la sociedad me impactó a primera vista por su organización, su orden, el imperio del respeto a los demás y una cordialidad extrema, acompañado por una laboriosidad y dedicación hasta obtener un resultado perfecto en calidad. Creo que este rasgo distingue a la sociedad japonesa y además se replica en los productos que elabora y en los servicios que brinda.
-¿Cómo lo definiría como país?
-La convivencia de la velocidad y las imágenes de luz y color cambiante e impactante de última tecnología, junto al gusto por el silencio, la tranquilidad y la contemplación y admiración de las distintas manifestaciones de la naturaleza, definen uno de los caracteres más sorprendentes de Japón. Es un país que respeta y valora su tradición milenaria y al mismo tiempo pugna por ser y permanecer como el referente mundial en innovación.
-¿Qué temas son prioritarios para la Argentina?
-Hemos construido, en apenas un año, lo que llamo con gran satisfacción el “momentum” político extraordinario que estamos atravesando en la relación bilateral. Su punto más alto es la visita del primer ministro Abe, en noviembre del 2016, luego de 57 años desde la última visita de un Primer Ministro japonés, y la visita que realizará a Japón en 2017 el presidente Macri. En este encuentro nos hemos definido como “socios estratégicos”. Este reconocimiento movilizará todo aquello que pretendemos alcanzar juntos. La prioridad es concretar inversiones de calidad japonesas en la modernización de nuestra infraestructura, que las empresas japonesas aprovechen el receptivo ambiente de negocios que ofrece el país para proyectarse desde la Argentina como plataforma regional y que las empresas argentinas logren internacionalizarse y acceder al mercado japonés y global con nuestras carnes, frutas, cereales y oleaginosas, con nuestros alimentos de calidad mundial y con nuestros productos tecnológicos, software, de diseño, entre muchos otros.
-¿En que ámbitos ambos países podrían cooperar?
-En todos los ámbitos. Aspiramos a alcanzar un intercambio comercial y de inversión acorde con la dimensión de Japón, en tanto que tercera economía del mundo, y Argentina, como la segunda de América del Sur. Creo que hoy estamos todavía lejos de ello, por lo que estamos trabajando fuertemente para profundizar nuestra asociación estratégica.
Profundizar los vínculos humanos aprovechando la especial conexión olímpica que se ha gestado entre ambos países a partir del nacimiento en Buenos Aires de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y que la cita olímpica previa serán los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2018 en Buenos Aires.
Japón es uno de los socios tradicionales de la Argentina, con una larga historia de vínculos políticos, económicos, comerciales, de inversión, culturales y humanos. Japón es el país con el que Argentina mantiene la más antigua relación diplomática en Asia, y el próximo año cumpliremos 120 años de esa relación, mientras que en 2016 cumplimos 130 años desde el inicio de la inmigración japonesa. No se trata solamente de una relación de muchos años, sino también de una relación que se ha forjado con hechos que se siguen evocando: los acorazados que cedimos a principios del siglo pasado, la cooperación para el diseño de la línea Ginza del metro de Tokio a partir del modelo del subte de Buenos Aires, o que la Argentina fue el primer país en el mundo que confió en la tecnologías japonesas al importar el primer tren eléctrico japonés enviado al exterior. Son muestras de nuestra solidaridad con Japón, de nuestra cooperación y de nuestra confianza en la industria y la inversión japonesa. No dejo de afirmar que argentinos y japoneses no estamos descubriendo un nuevo socio, sino que estamos construyendo sobre una relación cimentada en nuestra historia común.
-¿Qué eventos se han realizado desde que arribó a la embajada argentina?
-Hemos tenido ocho meses felizmente muy intensos, y destaco con orgullo que también han sido muy exitosos. La visita del primer ministro Abe no es un hecho aislado ni casual, es la culminación de ocho meses de contactos del más alto nivel que hemos organizado y que en se inicia con la visita de la señora vicepresidenta, Gabriela Michetti; de la canciller Susana Malcorra, y de los ministros (Guillermo) Dietrich, de Transporte, y (Esteban) Bullrich, de Educación y Deportes, así como de siete viceministros y secretarios de Estado. Realizamos dos Foros de Inversión y Comercio y uno sobre Inversión en Infraestructura. Forjamos un mecanismo reforzado de consultas políticas y mecanismos de interacción público-privados con la participación de los empresarios de ambos países, y hemos tenido una más que nutrida agenda cultural, educativa y deportiva en Japón para conmemorar el Bicentenario de la Independencia argentina.
-¿Podría dejarnos un mensaje final para los lectores?
- Comprometamos nuestro trabajo de cada día para fortalecer, incrementar, desarrollar y afianzar los lazos políticos, económicos, comerciales y de inversión, de cooperación, culturales, deportivos, humanos en todas sus expresiones entre Argentina y Japón. Hagámoslo con la meta de promover el bienestar de nuestros pueblos.
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