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Jueves, 22 de Septiembre de 2016
Ikebana: lo artificial, lo oculto y lo vital

VISITA. El sensei Fukuhiro Nakamura realizó una clase magistral.

Ayudado por el soleado día, el sensei Fukuhiro Nakamura, quien arribó a nuestro país desde Japón, ofreció una clase magistral al aire libre, el domingo 11 de septiembre en el Jardín Japonés.

Durante algo más de una hora, Nakamura realizó unos 10 arreglos de ikebana en forma consecutiva, y ante la contemplación del público. Una pantalla gigante proyectó los detalles de cada obra. 
Como ejemplo, se explicó que un arreglo estilo shoka, con gladiolos de figura rectilínea, representaba la obediencia y docilidad. La flor y recipiente de color blanco refuerzan el material para una combinación de interesante visión artificial para ponderar los materiales y el corazón, porque en el ikebana lo oculto está en el corazón, y a partir de allí el sentido estilístico de los japoneses expresa la vitalidad o fuerza del estilo shoka, que junto a la flor del durazno  simbolizan los colores festivos de Japón.
Los arreglos de ikebana son utilizados para la meditación, por ejemplo, al estar ligado a las cuatro estaciones temporales y ciclos de la vida. Las obras son efímeras, motivo por el cual se convierte en un acto de reflexión sobre el paso del tiempo. El origen del arreglo floral, hace más de 500 años, contiene una carga religiosa. La Escuela Ikenobo es considerada como la más antigua y grande dentro y fuera de Japón.
El sensei Nakamura es profesor designado de Ikenobo Central Training Institute con la misión de transmitir los encantos y las técnicas de la escuela. Con 50 años de carrera, ha recorrido todos los continentes para llevar el ikebanaa al mundo.