Jueves, 24 de Septiembre de 2015
Mantener, compartir y disfrutar, esa es la cuestión

Día solado para el Matsuri de Varela de primavera.

El domingo 6 de septiembre, un día de puro sol, y anticipando la primavera, se realizó el segundo festival del año  organizado por la Asociación Japonesa Florencio Varela.  Desde el mediodía, el predio estuvo lleno de visitantes de la zona, y cerca de la entrada, la gente hacía la fila para ingresar al Varela Matsuri.

No perderse el rico Yakitori era el objetivo de algunos de los concurrentes, comida rápida que en esta asociación se prepara al estilo criollo, combinando morrones, ajíes verdes, cebolla y cerdo. Pero también los otros puestos de comida llamaban a la tentación e invitaban al deleite, como el del típico Udon.
Los stands de comida son variados, y combinan la comida típica japonesa con la criolla, tal como las empanadas fritas preparas por las madres de la asociación.
Los puestos de artesanías también interesan al público, y el patio cubierto por coloridas plantas y flores fue centro de atracción.
“Este festival de primavera se celebra desde el año 2007 -explica Hugo Gushiken, expresidente de la institución, y miembro de la comisión directiva-. Las personas que suelen asistir son alrededor de unas 4000, y creo que lo hacen por la cultura japonesa, y la comida, que es parte de la misma. Pero también creo que hay un interés en el animé, y vemos a  muchos chicos que vienen con los disfraces. En cuanto al porcentaje de argentinos que participan, creo que un 70 por ciento son argentinos que no pertenecen a la colectividad”.
La colectividad, aclara Gushiken, asiste, quizá, para mantener las tradiciones, compartir un momento entre amigos y para disfrutar de la comida; la gente que no es de la colectividad lo hace por curiosidad, para conocer la cultura, y también para disfrutar.
Siguiendo con los números, según Gushiken son cerca de 200 los asociados que trabajan para organizar el festival, cuyo objetivo es el de compartir este evento con la comunidad, y recaudar fondos. 

Puesteros y público
El puesto de verduras orgánicas atendido por Ernesto Shimabukuro vende verduras típicas japonesas, entre las cuales hay nabo y hakusai. Shimabukuro cuenta que la gente suele interesarse por estas verduras, y preguntan cómo se come, o cómo se pueden cocinar.
Mirta, de 74 años y oriunda de Florencio Varela, anda mezclada entre la gente. Ella asiste por las exposiciones que se  realizan y le gustan las demostraciones que se hacen en cuanto al aspecto cultural. Sofía, de 15, viajó desde Quilmes con su amiga porque le interesa el animé y, claro, ¡la comida!
Distinto es el caso de Francisco, de 59 años, quien concurrió por primera vez al festival. Su interés está relacionado con los propios japoneses, por el trato que tienen con él, gente a la que lo vinculan cuestiones laborales.
El elogio viene de parte de Soledad, de 24 años, vecina de Florencio Varela. Es su cuarto matsuri, y le gusta que hablen de la cultura japonesa en el festival. Ella resalta que desde que comenzó, hasta ahora, el evento ha ido mejorando en cuanto a organización. Mariana, de 44 años, viajó desde la Capital para inculcarles la cultura japonesa a sus hijos. Ella subraya que los descendientes asisten por el tema de la cultura y por considerarlo un lugar de encuentro.